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lunes, 2 de noviembre de 2009

ESPERANZA EN LA TORMENTA ... cómo apoyar al máximo a un familiar con depresión

Ayudar emocionalmente a un ser querido que está pasando por un momento difícil requiere mucha información, paciencia y afecto. Dos expertos sugieren cómo apoyar al máximo a un familiar con depresión.


“Los familiares deben entender que la depresión no es una actitud, una exageración o un capricho de ese ser querido. La depresión es una enfermedad. Esa persona no controla cómo se siente ni sabe tampoco cómo salir de ese estado” Gloria Prato, Psicóloga y terapeuta familiar”


“En muchas ocasiones, la familia puede sabotear el proceso terapéutico, porque cuando ve mejor al paciente, lo invita a dejar antes de tiempo la medicación que el psiquiatra le recetó por un período específico, y eso puede provocar una recaída. En los últimos 25 años se ha desarrollado un arsenal farmacológico muy seguro y efectivo de antidepresivos, psicoestimulantes y precursores de neurotransmisores que no generan dependencia y que no alteran el funcionamiento ni la conciencia. La persona no anda por ahí dopada”. Luis Madrid, Psiquiatra.

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No quiere comer. No quiere bañarse, ni pararse de la cama, ni salir, ni ver televisión. Convivir con una persona deprimida puede ser un desafío que desarma hasta al más pintado, sobre todo porque nada parece sacarla de ese agujero negro. La psicóloga Gloria Prato señala que la primera reacción de muchos es acusarla de que está así por gusto o que no está colaborando.

"Lo peor que uno le puede decir a una persona deprimida es ´pon de tu parte. Tienes que tener mente positiva y voluntad para mejorar´. Ese diálogo produce un efecto terrible porque el deprimido se siente aún más inadecuado, cuando es uno mismo quien tiene que entender que si él pudiera escoger, evidentemente no estaría así", explica la especialista. "Cuando los familiares no están informados y no saben qué le está pasando a ese hijo o a esa esposa, se desgastan muchísimo más, porque ver sufrir a alguien que uno quiere, e insistir tanto en complacerlo para que se sienta mejor sin obtener resultados es muy frustrante".

El psiquiatra Luis Madrid, experto en trastornos del ánimo, recalca que la depresión es una enfermedad. Hace énfasis en este término para diferenciarlo de la aflicción, que es la tristeza eventual que puede sentirse ante un revés o una pérdida por un período corto. "La aflicción es ese pico de tristeza que puede aparecer cuando algo sale mal y que luego se va desvaneciendo, mientras que la depresión es un estado intenso de tristeza y apatía que se va arraigando y que se acompaña de otros síntomas como trastornos del sueño, falta o exceso de apetito, irritabilidad, aislamiento, abandono de la higiene y el arreglo personal, manifestaciones somáticas como dolores de cabeza, trastornos gastrointestinales o musculares y sobre todo una intensa sensación de desesperanza o de ruina, que puede ir acompañada de culpa. La persona siente que lo perdió todo o que nada tiene sentido y puede experimentar ideas de suicidio". Una de cada cuatro personas experimenta este trastorno durante su vida.

Es más frecuente en mujeres que en hombres.

"Lo elemental para ayudar a una persona deprimida es ofrecerle compañía y solidaridad. Si ella no quiere aceptarla o se siente peor por preocupar a sus seres queridos, lo que uno debe explicarle es que la familia está para eso, y que eso pudo haberle ocurrido a cualquiera", señala Madrid. "Lo que no se debe hacer es criticarla, juzgarla, burlarse o culpabilizarla por todas las cosas que esa persona no tiene fuerzas para hacer. Tampoco hay que acusarla de ser débil de carácter, porque una depresión puede abatir incluso a gente con una estructura de personalidad muy sólida. Lo que hay que hacer es escucharlo activamente. A veces eso le basta al deprimido para sentirse aliviado y comprendido".

¿Quieres salir? Aunque las circunstancias no ayudan, los expertos coinciden en que es válido invitar al ser querido a hacer actividades que le permitan oxigenarse, como ir a ver una comedia o a comer en su restaurante favorito. "Usualmente la persona no está de ánimo, así que lo que uno recomienda es hacer salidas puntuales a ambientes con poca gente, donde haya estímulos simples de colores, sonidos y luz. Puede ser una salida a un parque donde haya sol y niños jugando", sugiere Madrid. "Una caminata de 20 a 40 minutos también ayuda, sobre todo en la mañana, que es cuando los niveles de cortisol están más elevados y la persona tiende a sentirse tan mal como para no querer pararse de la cama: el ejercicio reduce esos niveles. También se sabe que los climas soleados mejoran la depresión; por eso llevar sol es importante", señala.

En los casos de más abatimiento, Madrid explica que uno puede proponer un proyecto breve, como arreglar unas matas o lavar el carro. Otro día, ir juntos a comer un helado y volver. Si bien es probable que el afectado se resista a salir, es ideal invitarlo de vez en cuando con sutileza y afecto. No hay que tomarse los rechazos como una afrenta personal. "Uno puede hacer todo lo que quiera para tratar de alegrar a ese ser querido, pero hay que entender que esa persona está ahorita en un estado en el que cualquier intento de consentirlo no lo toca tanto como siempre. Lo que realmente ayuda a un deprimido es la compañía solidaria. Que sepan que uno está ahí, dando apoyo y acompañándolo en ese momento difícil", acota Prato.

Que el deprimido se alimente y que cuide su higiene también requiere mano izquierda. "Si la persona no quiere bañarse en ese momento, uno puede volver a proponérselo en la tarde-noche, que es por lo general cuando se sienten un poco mejor", sugiere Madrid. "En cuanto a la comida, es importante que no deje de consumir proteínas carne, pollo, pescado, huevos, leche, merengadas de proteínas, porque si no se tienen los insumos necesarios para producir los neurotransmisores que hacen falta, esa persona no va a mejorar".

Sin abrumar. Si bien airearse es positivo, los expertos coinciden en que inventar proyectos extremos para distraer ¬como fiestas o viajes no es buena idea, pues sólo suelen generar más confusión. "Esa persona se va a llevar su depresión adonde quiera que esté, se va a sentir fuera de su elemento y además se va a sentir obligada a agradar a los demás", explica Luis Madrid. "Si se viaja a Europa y en estaciones de poco sol, tiende a ser peor, porque cuando se viaja hacia el este y con más de cuatro husos horarios de diferencia, la cronobiología del organismo puede hacer que ese malestar depresivo se acentúe".

Para Gloria Prato, parte de un apoyo eficaz consiste en no abrumar al deprimido. "Lo realmente importante es que busque ayuda, y en ese sentido uno debe ser muy transparente con él. Sus familiares pueden explicarle sin exagerar lo que están viendo: que está desanimado, que ya no se arregla, que no come ni habla, que tiene días sin salir. Plantear la ayuda psicológica debe hacerse con firmeza pero con naturalidad: tú necesitas ayuda y nosotros vamos a buscarla contigo". Madrid señala que la familia puede incluso adelantarse. "Si él no quiere ir o uno mismo no sabe cómo plantearlo, puede ir primero a un psicólogo o psiquiatra y luego transmitirle a su familiar la información que consiguió para ayudarlo".

El experto agrega que nunca hay que forzar al individuo a nada, sino preguntarle qué desea y hacerle saber que uno está ahí para lo que necesite. "Si esa persona está negada a recibir auxilio, habrá que buscar otras maneras de persuadirla, o recurrir a alguien en quien el deprimido confíe mucho para que le refuerce la idea. Pero si solamente necesita un empujoncito o no tiene energías para ponerse a buscar a un experto, uno mismo puede cuadrarle la cita".

Sin flagelarse
El psiquiatra Luis Madrid y el sitio web Helpguide.org ofrecen consejos y reflexiones para lidiar con la depresión de un ser querido sin desgastarse.

• Reservar tiempo para uno mismo. La salud mental y física tiende a resentirse al dedicar todo el tiempo a una persona enferma, sin que haya ciertas válvulas de escape. Los propios tiempos y espacios de higiene mental son indispensables.

• Turnarse en el cuidado. "A una persona deprimida no hay que dejarla sola, sobre todo si uno sabe que puede tener ideas suicidas. El 50% de los deprimidos las tienen", advierte Luis Madrid. "Para cuidarla, es ideal turnarse con otros familiares y escoger para eso a los que sean más empáticos, tolerantes y pacientes. No todo el mundo tiene la paciencia para entender a un deprimido".

• Buscar ayuda. Pedir asesoría profesional o el apoyo de otros no significa traicionar a ese ser querido. Hablar de las propias emociones con un psicólogo, un sacerdote, un consejero o un buen amigo aún sin entrar en detalles puede ayudar a drenar la angustia que genera el sufrimiento de un ser querido. Esto también evita estallidos de frustración contra la persona deprimida.


FRASES QUE RECONFORTAN Fuente: Helpguide.org
• No estás solo en esto. Estoy aquí para ti, contigo, y vamos a superarlo juntos.

• Tal vez no lo creas ahorita, pero la forma en la que te sientes va a cambiar.

• Quizás no entienda exactamente cómo te sientes, pero me importas y quiero ayudarte. Dime qué puedo hacer por ti.

• Eres importante para mí. Tu vida es importante para mí.

FUENTE: EL NACIONAL TODO EN DOMINGO - DOMINGO 01 DE NOVIEMBRE DE 2009 pág.76-Salud por Magaly Rodríguez mrodriguez@el-nacional.com - Ilustraciones Walther Sorg wrsorg@gmail.com

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