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domingo, 24 de octubre de 2010

GESTIÓN DE LA CRISIS BIPOLAR-COMO AYUDAR (PARTE III) Y LOS MIEMBROS FAMILIARES AYUDAR A PREVENIR LAS CRISIS.

La hospitalización
Cuando el trastorno bipolar empeora ostensiblemente, será necesario plantearse la hospitalización del paciente. Una breve estancia en un hospital puede suponer una oportunidad para cambiar la medicación o retomar un tratamiento anterior. Algunas veces, el ingreso en un hospital es la única opción cuando peligra la integración física del paciente.


  • ¿Cómo sabe usted que un paciente está tan mal que será necesario hospitalizarlo?
El mero hecho de barajear la posibilidad de hospitalizar a alguien es un buen indicador de la gravedad de la patología. Pide consejo a su médico, su terapeuta y/o sus pacientes más cercanos.

¿Hay algún hecho o síntoma que pueda indicarme que un enfermo con trastorno bipolar debe ser hospitalizado?

Los individuos que sufren ciclos maníacos-depresivos pueden enfermar en la misma época todos los años. Si éste no es el caso, preste atención a los periodos caracterizados por un estrés sostenido, o cualquier hecho vital que suponga una fuerte dosis de estrés, o una enfermedad de tipo físico. Son señales de advertencia. Si un ser querido experimenta signos evidentes de haber perdido el contacto con la realidad o si su comportamiento entraña algún peligro para sí mismo o los demás, no lo dude y llévelo al hospital.

Hay otra cosa que debe tener presente: puede permanecer en casa. Ahora bien, si manifiesta su intención de comprarlo, no se lo piense más y haga las maletas. Y si está decidido a saltar desde el puente de Brooklyn, llame a una ambulancia inmediatamente. Tómese muy en serio cualquier riesgo potencial de que se haga daño a otra persona, aun cuando los brotes de agresividad sólo se produzcan de manera esporádica.

¿Cómo puedo tener acceso al programa psiquiátrico del hospital? Me gustaría asistir.

Lo mejor será que llame a su médico y le pida que haga los trámites necesarios para su ingreso. Si lo prefiere, usted puede ponerse en contacto con el departamento de admisiones del hospital y solicitar su ingreso. A veces lo más fácil es presentarse en la sala de urgencias y pregunta que debe hacer para ingresar voluntariamente en el hospital y recibir atención psiquiátrica.

Llevé a un familiar al hospital, pero nos mandaron de vuelta a casa. ¿Qué podemos hacer?

Dada la saturación que padecen los hospitales y la afluencia de pacientes que solicitan los servicios de urgencias y no pagan por esta atención ambulatoria, muchos centros hospitalarios se ven obligados a prestar unos servicios mínimos. Los facultativos y el personal de enfermería deben multiplicarse habida cuenta del elevado coste de la infraestructura y las increíbles sumas que las compañías aseguradoras desvían y nunca revierten en la atención que reciben los pacientes. Bajo estas condiciones, todos los pacientes, salvo los más graves, son enviados de vuelta a casa sin mayores consideraciones. Si le ocurre esto, diríjase a otro hospital.

Algunas veces, personas que deberían ser hospitalizados no son admitidos en el hospital, bien porque no saben describir sus dolencias con claridad o porque no mencionan aquellos síntomas que son más relevantes para quienes las examinan. Sepa que los médicos buscan intenciones, amenazas o intentos de suicidio que generan violencia contra terceras personas; un historial de hospitalizaciones documentadas en registros hospitalarios accesibles; o la incapacidad para cuidad de sí mismo a causa de un trastorno de tipo mental o emociona.

¿Qué pueden hacer en un hospital que no pueda hacerse en casa o en la consulta de un especialista?

Por lo general, en un hospital los pacientes reciben una atención exhaustiva por parte de uno o más doctores que evalúan su estado y los ayudan a iniciar o reforzar el tratamiento farmacológico. El personal de enfermería experimentado le enseñara los cuidados más convenientes para preservar su salud, y está cualificado para organizar y poner en práctica el tratamiento indicado. En su mayoría, los hospitales disponen de una unidad de psicoterapia que tratará al paciente ya sea individualmente o en grupo. Asimismo, algunos centros ponen a disposición del enfermo una terapia ocupacional y otros tratamientos específicos. Normalmente, los hospitales son el lugar más indicado para determinar si concurren ciertos problemas físicos que pueden pasar desapercibidos en la consulta de un especialista como la diabetes o un tumor cerebral.

Mi hijo cada vez más peligroso y necesita ir al hospital, pero él se niega. ¿Qué puedo hacer?

No se me ocurre qué puede hacer a menos que su hijo esté en peligro de autolesionarse o hacer daño a otras personas. Si éste es el caso llame a una ambulancia y solicite que un especialista valore la peligrosidad de su hijo. Si ellos determinan que existe un riesgo real de que se haga daño o hiera a terceras personas, los médicos se encargarán de trasladarlo al hospital o dispondrán lo necesario para hospitalizarlo en breve. Como alternativa, si ha cometido un delito, el sistema de justicia criminal se hará cargo de su tratamiento psiquiátrico.

Mi esposo/a ha padecido de trastorno bipolar durante años, pero los médicos del hospital piensan que es esquizofrenia. ¿Quién tiene la razón?

Durante muchos años era muy habitual que los médicos emitieran in diagnóstico de esquizofrenia siempre que había alucinaciones. Incluso ahora, cuando los médicos dicen “enfermedad psicótica”, generalmente se refieren a la esquizofrenia, aunque en el trastorno bipolar la psicosis es igualmente común. Para ser justos, la presencia de la psicosis dificulta en gran medida la identificación de la esquizofrenia, el trastorno bipolar, la depresión psicótica, la toxicidad, las lesiones cerebrales o las enfermedades del sistema nervioso. En algunas ocasiones, la única manera de salir de dudas consistirá en hacer un nuevo examen una vez que el episodio psicótico haya remitido.

¿Qué puedo hacer si mi esposo/a está hospitalizado/a y no está respondiendo al tratamiento para la esquizofrenia?

Suponiendo que los médicos estén dispuestos a escuchar su opinión, solicíteles que prueben fármacos indicados para tratar el trastorno bipolar y la esquizofrenia, tales como los eutimizantes y los antipsicóticos atípicos. Además, intente conseguir un segundo diagnóstico cuando la salud de su esposo/a haya mejorado.

¿Qué puedo decir a mi pareja, que está en el hospital, para conseguir que adquiera hábitos saludables?

Insistir para que se tome la medicación no sirve de nada.
Visite a su pareja en el hospital y dígales lo feliz que se sentiría si lograse seguir el tratamiento y ponerse bien. Quizá no pueda hacer otra cosa hasta que su pareja cambie de mentalidad.

¿Cómo puedo evitar que mi esposa recaiga y tenga que volver al hospital?

Averigüe con qué frecuencia su esposa visita a su médico o equipo de doctores fuera del hospital. Si no lo está visitando para que haga un seguimiento de su medicación, entonces su salud no mejorará. Si el médico sólo dedica unos pocos minutos a cada paciente, entonces será muy difícil que su esposa y su médico construyan una relación verdaderamente satisfactoria y fructífera. Si su esposa se resiste a tomar sus medicamentos, entonces no se recuperará. Si no hace más que darle excusas para no tomar sus medicamentos o no visitar al médico, entonces tampoco mejorará. Tan sencillo como eso.

¿Cómo puedo ayudar a mi hermano? En breve le darán el alta médica en el hospital.

Solicite un permiso para hablar con el médico que trata a su hermano en el hospital. Averigüe cuál es el problema, según el médico. Pregúntele por la persona que visitará a su hermano una vez que reciba el alta médica y abandone el hospital. Confirme, además, que le hará un hueco en su agenda y lo examinará como paciente externo antes de que salga del hospital. Asegúrese de que su hermano tiene su medicación y/o las prescripciones necesarias antes de abandonar el centro hospitalario.
Acuda a un grupo de apoyo local o virtual, e intercambie impresiones con otros familiares que hayan pasado por circunstancias similares. Infórmese bien y tome las medidas que estime más conveniente.

Mi hermana padece un trastorno bipolar más grave que el de la mayoría de los pacientes de los que Ud. Habla. Siempre está en el hospital, y no ha podido trabajar en toda su vida. ¿Cómo puedo ayudarla?

Reúnase con su médico o su asistente social para confirmar que se le está administrando el tratamiento adecuado y está recibiendo la atención médica que su caso exige. Averigüe si cumple los requisitos para ser admitida en los programas regionales o nacionales de salud o para beneficiarse de algún subsidio público. Insista en que se le informe sobre el plan de consultas externas establecido, y ponga los medios necesarios para que su hermana no tenga que volver a ser hospitalizada.

Hace algún tiempo tuve una mala experiencia en un hospital. ¿Cómo puedo asegurarme de que esto no volverá a suceder?

Hace años, los hospitales proporcionaban asilo y refugio a los pacientes. Allí podían relajarse y tomarse un respiro del estrés de la vida cotidiana. Sin embargo, las hospitalizaciones modernas suelen ser breves, apresuradas y caracterizadas por un sín fin de trámites obligatorios, razón por la cual no propician el descanso. Prodigar los cuidados necesarios en un hospital moderno es algo complejo, y en general se cometen muchos errores. No obstante, la mayoría del personal sanitario que conozco trabaja muy duro para lograr que las cosas discurran con normalidad y que la estancia del paciente sea lo más cómoda y sosegada posible.

Una vez hecho el diagnóstico correcto, ¿Cuál es la causa principal del fracaso de un tratamiento en el hospital?

El tratamiento de los pacientes de trastorno bipolar que están hospitalizados suele fracasar porque no toman la medicación, incluso estando en el hospital. Nosotros nos referimos a esta situación con el término “incumplimiento”. Cabe decir que los pacientes pueden optar por no cooperar si así lo desean. Muy a menudo, los pacientes se meten las píldoras en la boca y las esconden hasta que se quedan solos. Entonces, cuando nadie los ve, las escupen. Cuando trabaja en la unidad de psiquiatría de cierto hospital, adopté la costumbre de visitar los aseos diez minutos después de la administración de los medicamentos. Las tazas de los inodoros estaban llenas de píldoras de brillantes colores que los pacientes díscolos habían depositado allí.

El personal de enfermería prueba todas las estrategias posibles para detectar estas prácticas; abren las bocas de sus pacientes, miran las manos, y buscan en los bolsillos de su ropa para conseguir que se traguen las píldoras. Es más, hay píldoras que se disuelven casi inmediatamente cuando se introducen en la boca. Sea como fuere, estoy convencido de que, si en verdad lo desea, un paciente hospitalizado conseguirá tomarse la medicación. Al fin y al cabo, el tratamiento siempre es el mismo, se dé en un hospital o en otro lugar. Si una persona no quiere ponerse bien, nunca lo conseguirá.

Cuando hacía practicas en la Facultad de Medicina, traté a un hombre de mediana edad que padecía de manía. Este paciente había sido hospitalizado muchas veces a lo largo de los años sin que hubiese experimentado la más leve mejoría , pese a las complejas combinaciones de fármacos que se le habían administrado. Al finalizar mi estancia en el centro, este hombre me confesó que durante los {últimos años no se habían tragado una sola pastilla.

¿Hay otras causas comunes del fracaso del tratamiento después de una hospitalización?

A fecha de hoy, todavía me encuentro con muchos pacientes con trastorno bipolar que nunca han sido tratados con un eutimizante apropiado para su caso. Algunos informes revelan que los pacientes han recibido un fármaco estabilizador del ánimo, sólo que en una dosis demasiada baja o durante un período de tiempo muy breve. Si lo estima oportuno, consulte el Physician’s Desk Reference (PDR), el Valdemecun o Internet para averiguar cuáles son las dosis mínima y máxima habituales y la duración recomendada para los tratamientos con estabilizadores del estado de ánimo.

¿Qué hacer cuando ningún tratamiento funciona?

Los delirios de grandeza, la fantasía, el pensamiento lógico y la creencia de que las reglas y sus consecuencias no son aplicables a ellos, son los principales obstáculos que impiden la recuperación de los pacientes con trastorno bipolar. A pesar de sus fantasías, los enfermos que sufren de manía-depresión deben estar dispuestos a esforzarse y seguir su tratamiento si en verdad quieren recobrar la buena salud.

Fuente
Manual del Trastorno Bipolar
Dr. Wes Burgess
Capítulo 9.
Editorial RobinBook, s. 1., Barcelona. 2007
ISBN : 978-84-7927-905-9

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