Terapia cognitiva y bipolaridad

La terapia cognitiva es una terapia relativamente reciente que ofrece recursos muy valiosos para el entrenamiento positivo de la mente.

Recordemos que uno de los problemas de las crisis de depresión en el trastorno bipolar, es justamente el no poder controlar los pensamientos negativos. Muchos de estos pensamientos se disparan en automático y la velocidad con que se suceden hace literalmente insoportable el estar de día o de noche.

Los pensamientos negativos son de culpa, de baja autoestima o de falta de sentido para vivir. Estos pensamientos conforman un "velo" que dificulta mucho la recuperación del paciente, y que prolonga las crisis, debido a que integra una visión totalmente negativa del mundo y del paciente.

La terapia cognitiva tiene herramientas eficaces para entrenarnos en la identificación de los pensamientos negativos que se suscitan durante la depresión, de manera que estemos alertas durante las crisis y  separar lo que  realmente somos de lo que dice la mente en estado negativo.




Uno de los ejercicios más sencillos pero más útiles para mí, ha sido el de elaborar una lista de tres columnas en la que se ponen los pensamientos negativos, los sentimientos que los acompañan y las circunstancias que rodean a cada pensamiento, lo cual nos hace conscientes de cuáles son los pensamientos negativos más comunes que nos visitan en la  depresión. En este asunto, aunque parezca obvio, tenemos que tener presente de que nosotros no somos el pensamiento, ni lo que dicta, ni lo que alimenta.

Ejemplo:
Pensamiento:    No valgo nada
Sentimiento:      minusvalía o apocamiento
Circunstancia:   siempre que voy a empezar a trabajar.

Por fortuna, como seres humanos, somos mucho más  que esa "verborrea" circunstancial. Y para detectar esa mentira de la mente, necesitamos entrenamiento.

Para identificar creencias o pensamientos generalizados, que respaldan toda una actitud, una conducta y una serie de pensamientos, puede hacerse una lista de las creencias que tenemos, el sentimiento que lo acompaña y la conducta o acción que resulta. Por último se reflexiona si dicha creencia nos ha funcionado.

Ejemplo:
Creencia:           No me puedo llevar bien con nadie  
Sentimiento:       Soledad
Consecuencia:   Aislamiento

Una vez que hemos trabajado exhaustivamente en las listas, podemos ser conscientes de que gran parte de nuestro malestar está ubicado en la mente y su "parloteo". Si identificamos esos pensamientos y los cambiamos por pensamientos positivos, el resultado, con un poco de práctica, es eliminar a un verdugo importante...

FUENTE:
http://trastornobipolarycrecimiento.blogspot.com/
martes 3 de enero de 2012