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martes, 12 de febrero de 2013

Derechos personales en la relación de pareja


Todos los seres humanos tenemos derechos y deberes como individuos, que deben garantizar la sana convivencia, el respeto, la paz y la tranquilidad indispensable para vivir armónicamente. En las relaciones de pareja estos derechos se ven frecuentemente amenazados por luchas de poder presentes en la relación, causando heridas, resentimientos, conflictos y limitaciones al desarrollo de las personas.

   Es deber de cada persona respetar los derechos ajenos y también es un deber exigir a los demás que sean respetados los derechos propios.


   Nadie crece a la sombra de nadie, cada individuo es único e irrepetible. Cada persona tiene sus propias aspiraciones, sueños, metas, necesidades y anhelos dignos de ser respetados.
   No le haga a nadie lo que no le gustaría que te hagan a usted, y tampoco acepte que nadie le trate de un modo en que usted no sería capaz de tratarse a sí mismo.
   Todos tenemos derecho a la privacidad. La correspondencia y los mensajes en cualquier forma de correo (postal, telegráfico, electrónico o telefónico) son de incumbencia estricta del remitente y destinatario. No viole ese derecho registrando el correo ni las pertenencias de su pareja.
   La amistad es uno de los valores más altos y más preciados de la humanidad a través de los siglos. Todos tenemos derecho a entablar relaciones de amistad con las personas que sean afines a nuestro modo de pensar, sentir y entender la vida. Nadie tiene el poder de prohibirle establecer relaciones sociales y de amistad con las personas que usted prefiera.
   Todos tenemos derecho a disponer de nuestros recursos personales, económicos, materiales e intelectuales del modo que sea más conveniente.
   Cuando se convive en matrimonio, unidos o en concubinato ambos miembros de la pareja tienen similares derechos sobre los bienes materiales y económicos comunes. Esto implica que los bienes y derechos deben repartirse a partes iguales, aunque solo uno de ellos tenga productividad monetaria, como es en el caso de las parejas en las que solo uno de ellos trabaja fuera del hogar, o en el caso de que uno de ellos devenga un sueldo mayor que el otro.
   Cada persona tiene su familia de origen, sus amistades y seres queridos que estaban presentes desde antes de conocer a su pareja actual. Es un derecho conservar las relaciones que existían antes de la formación de la pareja. Nadie tiene el derecho ni la potestad de obligarle ni manipularle para que abandone sus relaciones sociales previas.
 Todos tenemos derecho al desarrollo de nuestras cualidades vocacionales, académicas, artísticas, religiosas, políticas, sociales, deportivas y culturales según sea nuestra preferencia.
 Todos tenemos derecho a disponer de nuestro tiempo y administrarlo en las actividades que consideremos importantes.
   Cada persona tiene necesidades muy particulares en cuanto a alimentación, descanso, sueño, ejercicio, higiene, recreación, salud y medicamentos. Estas necesidades deben ser respetadas y atendidas en todo momento.
  Todos tenemos derecho a dar y recibir amor, cariño, afecto, apoyo, respeto y atenciones amables. No permita que se le trate de un modo diferente.
   Nadie está obligado a permanecer al lado de una persona que le perjudica o que no le conviene.
   La unión de pareja implica amor, afecto, compromiso, respeto, dignidad, intimidad, protección, compañía y ayuda mutua. Todas estas necesidades deben ser satisfechas para que la relación funcione. Si una relación de pareja no satisface estos requisitos básicos e imprescindibles, quizás usted se encuentre frente a una relación enferma, disfuncional o patológica.
   Usted está en su pleno derecho de formar y mantener una relación de pareja con la persona que sea de su agrado y conveniencia, y también está en su pleno derecho de finalizar una relación de pareja en el preciso momento en que lo decida o lo considere oportuno.
   Usted tiene el deber de aceptar respetuosamente el final de una relación cuando su pareja tome la decisión de no seguir a su lado, independientemente de las razones que su pareja tenga para finalizar la relación.
   Todos tenemos derecho a buscar, solicitar y recibir ayuda social, familiar, espiritual, psicológica, médica y legal en el momento en que sea necesario.

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