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jueves, 19 de agosto de 2010

Más de tres millones de mexicanos son bipolares

El trastorno bipolar es una enfermedad mental muy frecuente en México y en el mundo. Se estima que afecta entre 2 y 3.5 por ciento de la población, por lo que alrededor de tres millones de mexicanos viven con este padecimiento.


Los episodios de manía- depresión son constantes en esta enfermedad. Los fármacos actuales ayudan a la profilaxis, señala el especialista.


El Dr. Alejandro Díaz, psiquiatra, señala que el trastorno bipolar se caracteriza por la alternancia de fases de manía o hipomanía que se manifiestan por síntomas de excitación, aceleración y un optimismo desbordante, seguido de episodios de depresión, caracterizada por la tristeza, desinterés, pesimismo y sufrimiento profundo.

El trastorno bipolar se clasifica en:

Tipo 1. Una fase depresiva con manía clásica, conocida también como psicosis maniaco-depresiva.

Tipo 2. Una etapa depresiva con hipomanía, por lo que el estado de bienestar desmedido no es tan intenso como en el tipo 1 y hay una negación hacia la enfermedad.

Fuente:
http://www.terra.com.mx/salud/articulo/942950/Mas+de+tres+millones+de+mexicanos+son+bipolares.htm

miércoles, 18 de agosto de 2010

Salud mental: mayores necesidades, acceso limitado

Once años después de que se le diagnosticara esquizofrenia, Mandi, hija de Marita, sufrió intensas cefaleas y comenzó a caerse sin motivo. Mandi y sus padres describieron estos síntomas, cada vez más acusados, a sus médicos durante más de cuatro años, pero jamás se le realizó una tomografía axial computarizada (TAC) ni ninguna otra prueba. Marita recuerda que «se limitaron a explicar los síntomas de Mandi como efectos de su medicación, o como la evolución de su enfermedad, sin prueba alguna de que fuera así».


El médico generalista que llamó al hogar de Mandi tras haberse desmayado una mañana, le recetó paracetamol y diazepam, y la citó en el consultorio el lunes siguiente. Según explica Marita, «el lunes se desconectó el respirador que mantenía a Mandi con vida, tras haber sangrado el tumor cerebral que ocupaba la mitad de su cráneo».


Tras la muerte de Mandi, Marita obtuvo su historia clínica y presentó una reclamación oficial a la comisión sanitaria (Healthcare Commission) de Inglaterra, que falló a su favor. Marita afirma que «los médicos generalistas culparon a los psiquiatras y viceversa; nadie asumió responsabilidad alguna, ni antes de la muerte de Mandi, ni después. Ninguno de ellos escuchó jamás; un psiquiatra se pasó la consulta entera mirando al suelo».

La experiencia de Marita no es excepcional. Liz Sayce, presidenta de la Real asociación para la discapacidad y la rehabilitación (Royal Association for Disability and Rehabilitation) del Reino Unido, afirma que hay cada vez más pruebas, obtenidas mediante estudios de escala reducida y de testimonios personales, de que las personas con trastornos de salud mental, como la esquizofrenia y el trastorno bipolar, fallecen prematuramente y por causas evitables.

Según la Sra. Sayce, «esto impulsó a la Comisión de defensa de las personas con discapacidad (Disability Rights Commission) del Reino Unido, integrada ahora en la Comisión de igualdad y derechos humanos (Equality and Human Rights Commission), a emprender una investigación oficial de mayor envergadura sobre las desigualdades en el acceso a la atención de salud y su efecto en las personas con trastornos de salud mental o con dificultades de aprendizaje».

La investigación incluyó el análisis de ocho millones de historias clínicas de atención primaria de salud, y entrevistas a más de 1000 personas con problemas de salud mental o dificultades de aprendizaje, así como a sus cuidadores, a profesionales de la salud y a representantes de grupos de defensa de los pacientes.

El informe de la investigación, titulado Equal treatment: closing the gap (Igualdad de tratamiento: eliminación de las diferencias), concluyó que en Inglaterra y Gales las personas con dificultades de aprendizaje o con trastornos de salud mental estaban expuestas a un mayor riesgo de problemas significativos de salud, así como de problemas graves, como la obesidad, la tensión arterial alta y la diabetes. Según explica la Sra. Sayce, «las personas con esquizofrenia presentan un mayor riesgo de padecer cardiopatías coronarias que otras personas y es más probable que mueran por ese trastorno antes de los 55 años; sin embargo, es menos probable que se analice su nivel de colesterol o que se les recete estatinas, el principal tratamiento basado en los resultados de estudios científicos».

Las desigualdades se deben a motivos complejos, como la marginación social; pero este factor no explica por sí mismo el acceso limitado que tienen estas personas a la atención primaria de salud y a pruebas y tratamientos específicos.

La investigación determinó que los proveedores de atención sanitaria percibían el acceso a la salud de las personas con discapacidad casi exclusivamente en términos de acceso físico a las instalaciones y consideraban que muchos problemas eran de tipo individual y no estaba en su mano remediarlos. Muchos pacientes con enfermedades mentales o bien tenían dificultades para usar el sistema de concertación de citas (como la necesidad de telefonear para concertar una cita a una hora determinada), para recordar la cita o para desplazarse hasta el lugar; o bien no confiaban en el servicio, debido a que no se les había tratado anteriormente con dignidad y respeto o a que percibían de forma distorsionada la forma en que se les había tratado, lo que puede ser un síntoma de su enfermedad.

Según la Sra. Sayce, «a veces los pacientes no podían comprender o sobrellevar las consecuencias de las indicaciones médicas que habían recibido; sin embargo, no había, según parece, estrategias previstas para apoyar a estos pacientes». "Parfois des patients ne pouvaient pas comprendre les conséquences du conseil médical qui leur était donné, ou ne pouvaient pas y faire face", précise Mme Sayce. "Mais il ne semblait pas y avoir de stratégie prévue pour les aider".


Otra barrera que se detectó fue el eclipsamiento del diagnóstico; es decir, la asignación por los médicos de síntomas o comportamientos de una persona a su trastorno mental, y la consiguiente subestimación o no reconocimiento del diagnóstico de la enfermedad física concomitante. El Dr. Taghi Yasamy, del Departamento de Salud Mental y Abuso de Sustancias de la Organización Mundial de la Salud (OMS), afirma que «los conocimientos del médico son importantes, y que también pueden influir sus prejuicios o incluso su discriminación contra las personas con enfermedades mentales».

Robert, a quien se diagnosticó trastorno bipolar hace 17 años, ha sufrido personalmente el efecto del eclipsamiento del diagnóstico. «Al principio, tuve un médico muy poco comprensivo, que no se tomaba en serio mis intensos dolores de estómago: no parecía que considerara importante investigar su origen» afirma Robert. Cuando dejó de tomar los antibióticos que le habían recetado para otra enfermedad, los dolores cesaron. Se dio cuenta de que sus síntomas se debían a la interacción del fármaco con su otra medicación.

«Hubiera esperado que el médico conociera la posibilidad de reacciones farmacológicas adversas, pero nunca lo mencionó como una posible explicación», afirma Robert. Durante los ocho años siguientes continuó penosamente con un tratamiento inadecuado que le dejó debilitado y con artromialgias. Según afirma, «también es importante que los médicos no pasen por alto el hecho de que también puede haber trastornos físicos que sean síntomas de una enfermedad mental que esté siendo tratada eficazmente».

Hay también factores de riesgo específicos de las personas con trastornos mentales, como el efecto de medicamentos para trastornos psiquiátricos (que pueden ocasionar un aumento de peso y efectos sobre la salud asociados, como la diabetes) y el estilo de vida de los pacientes, como el alto grado de tabaquismo, que en personas con esquizofrenia es aproximadamente el doble que el de la población general.

Según el Dr. Yasamy, los principales factores que perjudican la salud de las personas con enfermedades mentales son probablemente las complicaciones derivadas de la falta de vigilancia de su tratamiento y la deficiente organización de los servicios de salud, y, según afirma, «las personas con discapacidades mentales necesitan tener un acceso a atención de salud de calidad incluso mejor [que el de la población general], pero en la mayoría de las situaciones, incluso en países de ingresos altos, no es así: la mayoría no son examinados ni tratados adecuadamente.»

La investigación del Reino Unido recomendó mejorar el seguimiento de los efectos de la medicación en la atención primaria permitir que las personas puedan tomar decisiones informadas, tomando, por ejemplo, en consideración las ventajas de la mejora de su salud mental frente a los efectos físicos perjudiciales; y conozcan diversas estrategias para mitigar los efectos adversos, desde cambios de la medicación, a cambios de estilo de vida.

El menor acceso a la atención de salud de las personas con trastornos de salud mental es un fenómeno mundial. En los Estados Unidos de América, un 17 a 28% de las personas con discapacidades mentales no cuentan con seguro de enfermedad, pero su salud física es mucho peor, por término medio, que la de la población general. Alana Officer, coordinadora del departamento de Discapacidad y Rehabilitación de la OMS, dice que «la información obtenida de todos los países, con muchos o pocos recursos, indica que las personas con discapacidades reciben una atención de salud deficiente y tienen numerosas necesidades de salud insatisfechas».

La Sra. Officer añade que es evidente que, en todo el mundo, las personas con discapacidades no están recibiendo el mismo conjunto de servicios habituales de atención de salud, como las pruebas sistemáticas, a pesar de que el diagnóstico precoz de trastornos de salud puede reducir sus efectos perjudiciales a largo plazo y los consiguientes costos para los sistemas de salud.


Según un estudio mundial realizado por el Relator Especial de las Naciones Unidas sobre la discapacidad, el 74% de los 114 países que respondieron dijeron que habían tomado medidas para permitir el acceso a la atención médica de las personas con discapacidades; no obstante, no se conoce cuántas personas reciben estos servicios y sólo el 49% de los países contaban con leyes para garantizar su cumplimiento. Y no hay información concreta sobre la prestación de servicios médicos específicos para personas con discapacidades mentales.

El Dr. Petre Jones, un médico generalista de Newham, en Londres, participa muy activamente en la creación de sistemas que aumentan la accesibilidad para pacientes con discapacidades, incluidos los que tienen trastornos de salud mental o dificultades de aprendizaje. El Dr. Jones defiende la formación específica de recepcionistas personal auxiliar para ayudar a las personas a rellenar los formularios de inscripción y en su consultorio ofrece citas más largas y más flexibles, en caso necesario. Algunos pacientes se sienten más cómodos al utilizar centros de salud que ofrecen la posibilidad de acudir sin cita previa o se les puede ayudar enviándoles mensajes para recordarles sus citas.

La mejora del acceso de las personas con discapacidad a una atención de salud física y mental de buena calidad requiere un compromiso a largo plazo, pero el Dr. Jones recomienda un cambio de comportamiento que todos los profesionales de la salud podrían adoptar mañana mismo, sin costo: «Hay estudios que han demostrado que un médico generalista deja a los pacientes hablar durante un promedio de 18 segundos antes de interrumpirles. En mi labor de formación de médicos generalistas, les digo que simplemente permanezcan callados durante al menos un minuto; dos o tres si el paciente tiene un trastorno mental. Escuchar lo que pueda decirnos un paciente es la mejor forma de asomarse a sus necesidades», afirma.

Fuente:
Con ocasión de la reciente ratificación por el Reino Unido de la Convención de las Naciones Unidas sobre los derechos de las personas con discapacidad, Kathryn Senior informa sobre el acceso a la atención de salud de las personas con trastornos de salud mental.

Organización Mundial de la Salud
http://www.who.int/bulletin/volumes/87/4/09-030409/es/

La brecha terapéutica en la atención de salud mental

Los trastornos mentales, cuya prevalencia es muy alta, son una causa destacada de sufrimiento y morbilidad.

Este problema de salud pública se ve agravado por el hecho de que muchos individuos aquejados de trastornos psiquiátricos no reciben tratamiento alguno pese a que existen intervenciones eficaces.

Hemos analizado la magnitud de esa brecha terapéutica, para lo cual se han examinado estudios comunitarios de epidemiología psiquiátrica que habían usado instrumentos diagnósticos normalizados e incluían datos sobre el porcentaje de individuos que recibían atención por padecer esquizofrenia y otros trastornos psicóticos no afectivos, depresión grave, distimia, trastorno bipolar, trastorno de ansiedad generalizado, trastorno de pánico, trastorno obsesivo–compulsivo (TOC) y abuso o dependencia del alcohol. Se calcularon las tasas medianas de casos sin tratar de esos trastornos en el conjunto de todos los estudios. Se presentan asimismo ejemplos de estimaciones de la brecha terapéutica para las Regiones de la OMS. En 37 estudios se facilitaba información sobre la utilización de los servicios.

La brecha terapéutica mediana para la esquizofrenia, incluidas otras psicosis no afectivas, fue del 32,2%.

Las brechas medidas para los otros trastornos fueron las siguientes:
-depresión, 56,3%;
-distimia, 56,0%;
-trastorno bipolar, 50,2%;
-trastorno de pánico, 55,9%;
-ansiedad generalizada, 57,5%, y
-TOC, 57,3%.


La brecha más importante fue la correspondiente al abuso y la dependencia del alcohol, 78,1%.

La brecha terapéutica de los trastornos mentales es muy amplia en general, aunque varía entre las regiones. Es probable que los valores aquí presentados subestimen la realidad, debido a la falta de datos comunitarios de los países en desarrollo donde más escasean los servicios. Para afrontar este importante reto de salud pública, la OMS ha adoptado en 2002 un programa mundial de acción que ha sido respaldado por los Estados Miembros.

Robert Kohn, Shekhar Saxena, Itzhak Levav, & Benedetto Saraceno

Fuente:
Organización Mundial de la Salud
http://www.who.int/bulletin/volumes/82/11/khon1104abstract/es/

martes, 17 de agosto de 2010

Datos sobre las enfermedades mentales

Las enfermedades mentales son condiciones médicas que interrumpen el pensamiento, los sentimientos, el humor, la habilidad de relacionarse con otros y el funcionamiento diario de una persona. Así como la diabetes es un desorden del páncreas, las enfermedades mentales son desórdenes que a veces disminuyen la capacidad que tienen las personas para afrontar las demandas ordinarias de la vida.


Entre las enfermedades mentales serias se encuentran:

-la depresión,
-la esquizofrenia,
-el trastorno bipolar,
-el trastorno obsesivo-compulsivo (TOC),
-el trastorno de pánico,
-el estrés post-traumático (PTSD por sus siglas en inglés), y
-el trastorno de la personalidad (border line).


La buena noticia sobre las enfermedades mentales es que su recuperación es posible.


Las enfermedades mentales pueden afectar a cualquier persona, sin importar su edad, su raza, su religión o su clase social. Dichas enfermedades no son el resultado de alguna debilidad personal, de la falta de carácter o de la indisciplina. Lo importante es saber que estas enfermedades son tratables. Por esto, la mayoría de las personas que padecen una enfermedad mental seria puede experimentar una gran mejoría si participan activamente de un plan de tratamiento individual.


Junto al procedimiento médico, los tratamientos psicosociales, como la terapia del comportamiento cognitivo, la terapia interpersonal, los grupos de apoyo y otros servicios de la comunidad pueden ser parte del tratamiento y facilitar la recuperación. Además, una dieta equilibrada, el ejercicio físico, el descanso adecuado, las relaciones interpersonales y las actividades remuneradas o voluntarias contribuyen a la salud y al bienestar total, incluyendo la recuperación de las enfermedades mentales.


Algunos datos importantes sobre las enfermedades mentales y su recuperación son los siguientes:


* Las enfermedades mentales son desórdenes físicos que no dependen ni de la personalidad ni de la inteligencia del individuo, por eso requieren tratamiento profesional ya que no se pueden superar sólo con la “voluntad”.


* Los desórdenes mentales tienen diferentes niveles de severidad. Aunque cualquier persona puede padecerlas, sólo el seis por ciento de la población padece una enfermedad mental; o sea, uno de cada diecisiete americanos sufre de enfermedades mentales serias. Por otra parte, se estima que una de cada cinco familias en los Estados Unidos se encuentra afectada por las enfermedades mentales.


* La Organización Mundial de la Salud reportó que cuatro de cada diez incapacitados en los Estados Unidos y en los otros países desarrollados padecen desórdenes mentales. Para el año 2020, la depresión será la causa principal en el mundo de la incapacidad entre mujeres y niños.


* Las enfermedades mentales generalmente atacan a personas en el apogeo de sus vidas, a menudo durante la adolescencia o durante los primeros años de la adultez. Todas las edades son susceptibles, pero los jóvenes y los ancianos son especialmente vulnerables.


* Sin el tratamiento adecuado, las consecuencias de las enfermedades mentales para el individuo y para la sociedad pueden ser graves. Entre éstas sobresalen la: incapacidad innecesaria, el desempleo, el abuso de sustancias, la falta de vivienda, el encarcelamiento o el suicidio. El costo económico, en los Estados Unidos, de las enfermedades mentales no tratadas es más de cien mil millones de dólares anuales.


* Hoy en día, los mejores tratamientos para las enfermedades mentales serias son altamente eficaces; entre el setenta y el noventa por ciento de los pacientes que reciben un tratamiento adecuado con medicamentos y ayuda psicosocial tienen una reducción significativa de los síntomas y, por consecuencia, una mejor calidad de vida.


* Con el tratamiento farmacológico y una amplia gama de servicios adaptados a sus necesidades, la mayor parte de la gente que vive con enfermedades mentales serias puede reducir grandemente el impacto de su enfermedad. Un concepto muy importante es adquirir maestría en el desarrollo de estrategias para manejar el proceso de la enfermedad.


* La identificación y el tratamiento temprano son de vital importancia.Un diagnóstico y tratamiento temprano logrará que la recuperación sea más rápida y que los daños sean menores.


* El estigma que la sociedad le brinda a las enfermedades mentales no permite creer que dichos desórdenes son una condición real y tratable. Se ha permitido que el estigma y un sentido injustificable de obstaculicen el tratamiento y la recuperación. Es hora de remover estas barreras.


Fuente:

Hasta un 15% de los pacientes que acuden a Atención Primaria sufren trastorno límite de personalidad

Entre un 10 y un 15 por ciento de los pacientes que acuden a la consulta de Atención Primaria porque se sienten “mal”, tienen insomnio o dolores crónicos sufren en realidad un trastorno límite de personalidad (TLP), según afirma el jefe de la Unidad de Trastornos de Personalidad del Hospital Clínico San Carlos de Madrid, doctor José Luis Carrasco.


En declaraciones a Europa Press, este experto explica que la persona con TLP “presenta más enfermedades comunes asociadas a una sensación de falta de identidad y un sentimiento íntimo y profundo de vacío”, sensaciones que provocan “un mayor sufrimiento en la persona que, además, no tienen una vía clara para expresar sus problemas”.

En torno a un 3 por ciento de la población española sufre TLP, un trastorno con mayor prevalencia que la esquizofrenia (1%) y con una incidencia similar a la del trastorno bipolar (3%). Sin embargo, tan sólo el 20 por ciento de los afectados por TLP está diagnosticado.

Para el doctor Carrasco, este infradiagnóstico está motivado por un cuadro de síntomas “atípico” que, al no implicar delirios ni pérdida de la razón, “pasa desapercibido en muchas consultas”.

“No hay un síntoma claro –apunta– y en la mayoría de los casos no se clasifica como una enfermedad porque se piensa que es un simple caso de personalidad caprichosa, egoísta, intolerante o viciosa”.

Pero la realidad es que se trata de “un cuadro de alteraciones graves de conducta, generalmente caracterizada por la agresividad, una inestabilidad vital y una falta de funcionalidad muy importantes”, señala el doctor Carrasco.

POSIBLE ORIGEN GENÉTICO

En este sentido, no se conoce en profundidad el mecanismo de acción de esta enfermedad, aunque los últimos estudios apuntan a una hipersensibilidad, de origen genético o a raíz de algún trauma, respecto a ciertos estímulos que impide el correcto procesamiento de las emociones y la generación de conductas normales.

“Pequeños estímulos hacen que las emociones surjan a raudales y la conducta se vuelva impulsiva, esto provoca que el TLP sea un poco más grave que la neurosis pero sin llegar a los problemas de la psicosis, por eso se denomina trastorno límite, porque está en la frontera entre estas dos enfermedades”, argumenta este doctor.

Por lo general, este trastorno aparece después de la adolescencia, cuando los desajustes “típicos” de esta edad “clave” para el desarrollo de la personalidad no se “reajustan” al llegar a la edad adulta.

A este respecto, el TLP se manifiesta como más peligroso en los hombres, ya que suele manifestar conductas más agresivas que le pueden llevar al consumo de drogas, la delincuencia o el suicidio.

TLP EN LAS CÁRCELES ESPAÑOLAS

Según el doctor Carrasco, hasta un 20 por ciento de la presos en las cárceles españolas sufre un trastorno límite de personalidad, y se calcula que en torno al 90 por ciento de los intentos de suicidio en personas mayores de 18 años tiene de trasfondo un TLP.

De hecho, las estadísticas indican que hasta un 20 por ciento de las personas con este trastorno acaba con su vida por una sobredosis, un accidente o cualquier otra acción impulsiva derivada de su enfermedad.

Los tratamientos para los afectados por TLP se basan en la regulación de la respuesta emocional mediante fármacos, la terapia conductual para controlar las reacciones impulsivas y otras técnicas más novedosas como la rehabilitación neurocognitiva.

En esta línea, el jefe de la Unidad de Trastornos de Personalidad del Clínico San Carlos, ha explicado que su equipo ha puesto en marcha un ensayo clínico para comprobar la eficacia de esta nueva terapia, basada en la realización de ejercicios para mejorar el procesamiento mental que ayuden al paciente a “poner en orden” situaciones complejas.

FALTA DE APOYO DE LAS ADMINISTRACIONES

“La situación hoy en día es que estas personas no tienen recursos en el sistema sanitario español. Les echan de todas partes. No consiguen plazas en residencias especializadas ni en pisos protegidos, principalmente porque todos los recursos están orientados a la atención de trastornos mentales como la esquizofrenia o los bipolares”, asevera el doctor Carrasco.

A este respecto, la esperanza de los afectados y los familiares radica la progresiva consideración de este trastorno como una enfermedad incapacitante, “que se reconozca que estas personas tienen un problema, que necesitan un apoyo y un seguimiento mayores y más recursos de las administraciones”, concluye.

Fuente:

http://www.casadesalud.com.mx/articulos/726/hasta-un-15-de-los-pacientes-que-acuden-a-atencion-primaria-sufren-trastorno-limite-de-personalidad/


Adicción y enfermedad mental: una mezcla explosiva



Un alto porcentaje de personas con ansiedad, depresión, esquizofrenia o trastorno bipolar, consumen sustancias tóxicas, lo cual dificultan el diagnóstico, modifican la respuesta terapéutica y empeora el pronóstico. La neurociencia investiga la Patología Dual, en la que coinciden en un mismo paciente dos trastornos: una conducta adictiva y una dolencia psicológica.

El abuso de sustancias nocivas por los pacientes con trastornos psiquiátricos es cada vez más frecuente. La inmensa mayoría de las personas que tienen conductas adictivas, por no decir la práctica totalidad, tienen trastornos mentales o de la personalidad, mientras que un porcentaje altísimo de las personas que sufren trastornos psíquicos padece trastornos adictivos, como el abuso del alcohol y/o las drogas.

La esquizofrenia y el trastorno bipolar, ¿qué tienen en común?

Desde que el psiquiatra alemán Emil Kraepelin estableció la dicotomía entre esquizofrenia y trastorno bipolar hace más de 100 años, han sido muchos los estudios que han tratado de determinar si ambas enfermedades son en realidad un sólo trastorno con raíces genéticas comunes. Dos nuevos trabajos, uno de ellos español, exhiben las semejanzas entre dos patologías psicóticas: tanto desde el punto de vista de la anatomía del cerebro, como desde el aspecto genético.


Uno de los trabajos fue publicado en la revista ‘The Lancet’ por un grupo de investigadores dirigidos por Paul Lichtenstein (del Instituto Karolinska). Entre 1973 y 2004 se analizaron los datos de más de nueve millones de personas (el equivalente a la población actual del país nórdico). De ellas, casi 36.000 tenían esquizofrenia y otras 40.000 sufrían trastorno bipolar.

Al analizar las relaciones de parentesco de estas personas (que pertenecían a dos millones de núcleos familiares diferentes), los investigadores han confirmado que ambas patologías comparten un 63% de la carga genética. “Una cifra algo superior a lo que se sospechaba”, señala a elmundo.es el doctor Jerónimo Saiz, jefe de servicio de Psiquiatría del Hospital Ramón y Cajal de Madrid, que reconoce que hasta ahora ya se sabía que “entre ambas psicosis hay cierto solapamiento”.

Concretamente, han observado que los familiares de primer grado de pacientes con alguno de los dos trastornos tenían hasta nueve veces más riesgo de desarrollar esquizofrenia y ocho veces más de sufrir trastorno bipolar que la población general. La carga genética se mantenía elevada incluso cuando se trataba de hermanos sólo de madre (3,6 veces más riesgo de esquizofrenia y 4,5 veces más de ser bipolares) o de padre (2,7 y 2,4 veces mayor riesgo, respectivamente).

¿Unirlos definitivamente?

“Esto confirma que si tienes un hermano con trastorno bipolar, tienes mayor probabilidad de desarrollar esta psicosis; pero también existen más probabilidades de sufrir esquizofrenia. Porque ambas tienen un riesgo compartido”, explica Eduard Vieta, coordinador del grupo de trastorno bipolar del Centro de Investigación Biomédica en Red de Salud Mental (CIBERSAM).

Lo que él se pregunta, como hacen en un comentario en Lancet Michael Owen y Nick Craddock (de la universidad británica de Cardiff), es si esta evidencia debe traducirse de alguna manera en la clasificación de enfermedades mentales que actualmente se utiliza para diagnosticar a los pacientes.

A juicio de Vieta, es mejor mantener la distinción de ambos trastornos en la clínica “hasta que tengamos unos marcadores genéticos claros”. De momento ya se sabe que hay al menos cuatro genes que están replicados tanto en la esquizofrenia como en el trastorno bipolar; “aunque se trata de rasgos genéticos que indican únicamente una mayor vulnerabilidad, no tienen utilidad clínica de momento”, aclara Vieta.

Los editorialistas, por su parte, sí se muestran más partidarios de unir ambas en una sola, tanto en la clasificación internacional de la Organización Mundial de la Salud (OMS), como en el Manual de Trastornos Mentales de la Asociación Americana de Psiquiatría (DSM).

Menos materia gris

Por su parte, el trabajo español llevado a cabo en el Hospital Gregorio Marañón (Madrid), en colaboración con el Centro de Investigación Biomédica en Red de Salud Mental (CIBERSAM) y Hospital Niño Jesús (también en la capital), ha permitido a los científicos corroborar que la mayoría de los adolescentes que sufre un primer brote psicótico (comportamiento extravagante, delirios, alucinaciones, alteraciones en la afectividad entre otros signos) tiene un menor volumen de materia gris (sustancia del cerebro donde se concentran las neuronas) que los chicos sanos.

Los investigadores contaron con la participación de 70 pacientes de siete a 18 años que fueron estratificados en tres grupos: esquizofrenia, trastorno bipolar y otras psicosis que no se encuadran en ninguna de las anteriores, tal y como recoge la revista ‘Journal of the American Academy of Child and Adolescent Psychiatry’.

A todos ellos, y a otros 51 voluntarios sanos, se les realizó una prueba de imagen, morfometría con voxel, para estudiar el cerebro en su conjunto. Dicho test “facilita la visualización de cambios en cualquier región del cerebro por pequeña que sea”, explica a elmundo.es Joost Janssen, autor principal de la investigación y miembro del Laboratorio de Imagen Médica, Medicina Experimental y Cirugía del Gregorio Marañón.

La prueba demostró que tanto los afectados de esquizofrenia como los que padecen trastorno bipolar tienen menos materia gris “en el giro medial del lóbulo frontal, que está implicado en funciones cognitivas, en comparación con los chicos sanos”, puntualiza el investigador.

Janssen insiste también en que “todavía no sabemos si la pérdida de materia gris se debe a la propia enfermedad o no. Nuestro hallazgo sólo es una pieza más para conocer los rasgos comunes de las enfermedades psicóticas”.

Fuente: www.afesur.org, August 14, 2009

http://www.casadesalud.com.mx/articulos/407/la-esquizofrenia-y-el-trastorno-bipolar-%C2%BFque-tienen-en-comun/

El 70% de los pacientes con bipolaridad se recuperan o mejoran con tratamiento

El trastorno de bipolaridad, enfermedad mental grave en la que aparecen episodios de depresión y de euforia maniaca, presenta “la característica de que el 70% de los pacientes se recupera o mejoran con tratamiento”, según ha manifestado el doctor Julio Vallejo, psiquiatra del Hospital Universitario de Bellvitge (Barcelona), durante la conferencia magistral que ha impartido en el Salón de Actos del Hospital Pare Jofré, dentro de la jornada de clausura de las Sesiones Clínicas del curso 2009/2010 que se llevan a cabo en el centro sanitario.


Bajo el título ‘Pronóstico de los trastornos mentales’, el doctor Vallejo ha realizado un análisis de los resultados obtenidos a través de diversos estudios realizados en patologías mentales como neurosis, trastornos de ansiedad, histeria, trastorno obsesivo-compulsivo, esquizofrenia, depresión unipolar o trastorno bipolar.

Por lo que se refiere a la neurosis en la vejez, el doctor Vallejo ha destacado que en esta enfermedad “desaparecen las crisis de angustia, disminuye la ansiedad generalizada y el trastorno obsesivo-compulsivo”.

Asimismo, en los trastornos de ansiedad el 40-45% de los pacientes con este diagnóstico presenta una mejoría notable y el 12-23% tienen una recuperación completa.

La histeria, patología de origen desconocido con manifestaciones muy variadas y por causa psicológica enraizada sobre todo en conflictos de la infancia, presenta “una recuperación espontánea del 60-80%, una cronicidad infrecuente y en síntomas irreductibles en la vejez”.

Durante esta jornada de clausura de las Sesiones Clínicas del curso 2009/2010 en el Hospital Pare Jofré, se ha celebrado además una mesa redonda que ha abordado el tema de la Resiliencia, término de origen latino (resilio) mediante el que se muestra el efectivo afrontamiento como respuesta a la adversidad, sobre todo en personas que han experimentado hechos traumáticos en épocas tempranas de sus vidas.

En la mesa redonda, cuya introducción ha sido realizada por el doctor Ernesto Armañanzas, director del Hospital Pare Jofré, y moderada por el doctor Julio Vallejo, ha contado con la participación del Joan Rodríguez, psicólogo del centro sanitario, y de dos pacientes que son claro ejemplo de esa habilidad de superación de eventos negativos que define a la Resiliencia.

Fuente: europapress.es, July 27, 2010

El síndrome bipolar también ataca a los niños

Verdaderamente que el siglo XX ha traído enfermedades desconocidas para cualquier cristiano del siglo XIX. El estrés es la reina de estas enfermedades, por supuesto, y es tan pero tan popular que de seguro todos hemos pasado por períodos de estrés en nuestras vidas. El trastorno bipolar es otra de estas enfermedades aparecidas en este siglo, o al menos diagnosticadas oficialmente.

Esta enfermedad consiste en el registro de problemas de control de los estados de ánimo. Una persona con trastorno bipolar puede encontrarse terriblemente eufórica y a la hora entrar en una depresión severa, o viceversa.

Normalmente se asocia esta enfermedad a los adultos (personas que ya conocen sus estados de ánimo y saben identificarlos), pero muchos estudios han demostrado que este tipo de trastornos pueden comenzar en la adolescencia, y de hecho se diagnostican antes de los 14 años en un 8% de los pacientes.

Los niños con trastorno bipolar suelen ser niños deprimidos y tristes, a los cuales les va mal en la escuela y en sus relaciones sociales. Pero también se trata de personas con suma euforia e inquietos, que duermen mal y se muestran muy inestables.

Esto tiene como consecuencia un serio problema de diagnóstico, pues se suele confundir al trastorno bipolar con otra de esas enfermedades de este siglo: el Trastorno por Déficit de Atención (TDA).

De todos modos, si ves que tu hijo presenta síntomas como los descritos aquí, puede que sea necesario que le arregles una cita con un terapeuta para ver qué es lo que está sucediendo.

Fuente:
http://www.vivirsalud.com/2008/02/19/el-sindrome-bipolar-tambien-ataca-a-los-ninos/

viernes, 13 de agosto de 2010

Bipolaridad, un mal difícil de captar

La falta de información con respecto a personas que padecen trastorno bipolar complica que haya una cifra real que revele cuántos individuos sufren esta enfermedad mental; actualmente, uno de cada 100 morelenses tiene este trastorno, reveló el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).

Además, existe otro sector de la población que, hasta el momento, dado el desconocimiento, no ha sido diagnosticado; aunado a que el trastorno tarda en detectarse.

Dicha enfermedad aparece entre los 15 y 20 años, es decir, en la etapa de la adolescencia, y afecta a cada dos hombres por una mujer.

“Este trastorno se trata de lo que anteriormente se llamaba psicosis
maniaco-depresiva. Para hablar de trastorno bipolar, en el paciente deben existir dos extremos, como presentar una fase de hipomanía o de depresión”, explicó Emilio Ruiz Trujillo, médico psiquiatra del IMSS.

La hipomanía se caracteriza porque la persona registra euforia y puede tener ideas no lógicas.

El paciente puede cambiar a un estado depresivo. Cuando no hay placer, también se presenta irritabilidad.

“Por esta razón, para diagnosticar un trastorno bipolar, necesitamos que al menos se registre una depresión expansiva y que también al menos una ocasión de su vida registre un cuadro de hipomanía”.

Este padecimiento también está ligado con la genética, es decir, se presenta en pacientes con antecedentes familiares de bipolaridad.

Con base en información del Instituto Nacional de Psiquiatría “Ramón de la Fuente”, este trastorno afecta a 1.2 personas por cada 100 mil habitantes, y es una de las primeras causas de incapacidad por salud mental.

A quienes son detectados con este mal, el IMSS de inmediato los pensiona, porque afecta su funcionalidad.

¿Qué causa el trastorno bipolar?

- El trastorno bipolar resulta de alteraciones en las áreas del cerebro que regulan el estado de ánimo, y afecta tanto a hombres como a mujeres. Generalmente aparece entre los 15 y 25 años. Se desconocen las causas, pero se ha visto que existen factores genéticos. Existen otros factores que pueden contribuir a que se desencadene la enfermedad, como estrés excesivo y problemas familiares.

¿Cómo se diagnostica?
- Hasta ahora no existe una prueba mediante la cual se pueda diagnosticar. Generalmente se hace un dictamen a partir de la información anecdótica entregada al médico profesional, tanto por el paciente como por su familia, también se hacen pruebas físicas. Pero el resultado puede demorar dado las características de la enfermedad.

¿Existe tratamiento?
-El trastorno bipolar debe tratarse con medicamentos estabilizadores del estado de ánimo, los cuales deben de ser recetados por un médico profesional después de hacer un diagnóstico.

Estos estabilizadores son muy importantes en el tratamiento de las personas con trastorno bipolar.

En casos extremos los pacientes deben ser internados en un hospital o una clínica especializada hasta que se hayan estabilizado sus síntomas.

En la fase depresiva, la psicoterapia puede ser una opción útil; también se recomienda vincularse a un grupo de ayuda.

Fuente: Instituto Nacional de Salud Pública

Contento ahora... y al minuto, enojado

El trastorno bipolar es un tipo de depresión también conocido como enfermedad maniaco-depresiva. Se caracteriza por cambios cíclicos en el estado de ánimo, de modo que la persona puede tener fases de ánimo excesivamente elevado o eufórico (manía) y fases de ánimo extremadamente bajo (depresión).

Estos cambios pueden ser repentinos.


¿Cuáles son los síntomas?
La enfermedad tiene dos fases: depresión y manía signos de Depresión:
-Tristeza o irritabilidad extremas
-Cambios notables en el patrón de sueño, apetito y energía
-Pérdida de memoria temporal o dificultad para concentrarse
-Movimientos físicos lentos o agitación repentina
-Fatiga y sentimiento de culpa
-Falta de interés o placer en las actividades que antes gozaba
-Malestares físicos constantes
-Ideas repetidas sobre el suicidio
-Inseguridad y dificultad para tomar decisiones

Signos de Manía
-Euforia anormal o excesiva
-Irritabilidad inusual
-Disminución de la necesidad de dormir
-Ideas de grandeza
-Conversación excesiva
-Pensamientos acelerados
-Aumento del deseo sexual
-Energía excesivamente incrementada
-Falta de juicio
-Comportarse en forma inapropiada en situaciones sociales

Fuente:
http://www.diariodemorelos.com/index.php?option=com_content&task=view&id=70266&Itemid=45

FOBIAS ESPECÍFICAS EN LOS NIÑOS

¿Qué es una fobia?
Es el miedo excesivo e irracional a objetos o situaciones, los cuales tienden a evitarse o bien cuando la exposición a ellos produce gran angustia.

El miedo a la oscuridad, a animales, alturas, sangre y otros temores se presentan comúnmente en niños. Se consideran normales en algunas edades pues tienden a desaparecer espontáneamente. Sin embargo cuando permanecen más de seis meses e interfieren en la vida diaria se consideran ya un trastorno.

Los más frecuentes son:
• Fobias a los animales
• Relacionado con el medio ambiente (como a las alturas)
• Sangre- lesiones e inyecciones
• De tipo situacional (a los aviones, elevadores, claustrofobia)
• Otros tipos (a ruidos fuertes, payasos, gente disfrazada)

Es relativamente sencillo el que un niño empiece a tener miedo, por ejemplo: un menor que recientemente ha empezado a caminar tiene miedo a perder el equilibrio y le asustan los ruidos fuertes. Accidentalmente un perro viene a jugar con él, lo empuja lo tumba y le ladra. En estas condiciones es muy común que el niño tenga miedo a los perros en el futuro.

¿Cuáles son los miedos normales en los niños?

La edad nos indicará si su miedo es o no consecuente con ésta y cuánto tiempo se puede esperar que éste dure. De todas formas, aunque ese miedo sea propio de la edad, no debe jamás ignorarse ni ridiculizarse. Tampoco sobreproteger al niño cuando aparezca el miedo, pues ello le llevaría a pensar que existe un peligro real respecto a lo que él siente.

Los principales son
- en los primeros meses de vida, el bebé siente miedo ante los ruidos fuertes e inesperados.
- alrededor de los 6 meses, siente miedo ante los movimientos repentinos,...
- hacia los 8 meses, miedo a las personas y situaciones extrañas.
- alrededor de los 4 años, miedo a la oscuridad, a estar solo, a seres imaginarios, a los animales, a elementos de la naturaleza (tormentas, etc.)
- hacia los 8 años, miedos existenciales (a la muerte,...)

¿Cuál es la causa de las fobias?
Existen niños con mayor tendencia a padecer fobias que otros debido a vulnerabilidades genéticas, sin embargo las causas son variadas y con frecuencia son motivadas por situaciones ambientales.

Todos los seres humanos tenemos una reacción al miedo del cual existen registros cerebrales a través de las nuevas técnicas de investigación.

Se sabe que el área cerebral llamada amígdala es responsable de las reacciones de miedo.

Diferentes tipos de tratamientos:
1.- Terapia conductual
El tratamiento más utilizado para el tratamiento de las fobias específicas incluye a las estrategias conductuales. La más utilizada consiste en la exposición al objeto fóbico. La desensibilización en vivo o en fantasía (imaginando la escena), el modelamiento y las técnicas de contingencia son ejemplo de ella.

2.-Terapia cognitivo-conductual:
Este tipo de tratamiento ofrece además de la perspectiva conductual la detección y modificación de las cogniciones maladaptativas que subyacen tanto al temor como a la evitación. Los niños con fobia además de presentar angustia tienen una mala percepción/ imagen de sí mismos.

3.- Intervenciones conductuales familiares:
Los padres a veces juegan el papel de co- terapeutas en el tratamiento del menor. Es importante que los padres tengan elaborados sus propios miedos para que puedan ser los mejores modelos para el hijo durante el tratamiento. Además se enseña el auto-monitoreo y la auto-instrucción para que el niño puedan controlar y manejar su ansiedad cuando están expuestos al estímulo temido.

4.- Psicoterapia psicoanalítica:
Aunque la terapia psicoanalítica se usa en niños con fobias, su utilidad no ha sido demostrada. El mecanismo terapéutico es hacer consciente el conflicto intrapsíquico origen la fobia.

5.- Tratamiento farmacológico:
Se han utilizado los ansiolíticos y los antidepresivos para tratar a niños que presentan fobias. No se ha probado que exista un tratamiento farmacológico para las fobias. Inclusive el uso de benzodiacepinas durante el tratamiento conductual disminuye la efectividad de este último.

Ver màs informaciòn en www.drfidel.com y el video en http://www.youtube.com/user/fidelagarza#p/a/u/0/swDqyhqAPaE

lunes, 9 de agosto de 2010

La eliminación de un gen tiene efectos antidepresivos y antiansiolíticos

La eliminación del gen PKCI/HINT1 en ratones tiene efectos antidepresivos y antiansiolíticos, según un estudio de la Escuela de Farmacia de la Universidad de Maryland en Estados Unidos que se publica en la revista 'BioMed Central Neuroscience'.



Los investigadores aplicaron una batería de pruebas de conducta a los animales modificados para carecer del gen y concluyen que este gen podría tener un importante papel en la regulación del estado de ánimo.

Los investigadores, dirigidos por Elisabeth Barbier y Jia BeiWang, realizaron experimentos para investigar el papel del gen en laregulación del estado del ánimo. Según explica Wang, "los ratones modificados mostraban conductas indicativas de cambios en el funcionamiento del estado de ánimo como una mayor perseverancia y menor ansiedad en espacios abiertos".

Las causas de la alteración del humor, como el que se observa en los trastornos depresivos y bipolares, no se conocen bien. Loscientíficos creen que son cambios en los niveles de neurotransmisores que por múltiples factores y en los que participan la herencia genética, un funcionamiento neuroendocrino alterado y factores psicosociales.

En relación a sus resultados Wang señala que aunque aún no saben por qué la eliminación de este gen alteró el estado de ánimo de los ratones, lo que sí han descubierto es la importancia de este gen en el funcionamiento del estado de ánimo y que su participación en los trastornos mentales humanos podría ser interesante.

"La proteína que codifica este gen podría ser una posible diana farmacológica para el desarrollo de agentes diagnósticos o terapéuticos que un día podrían utilizarse para la depresión, el trastorno bipolar o la esquizofrenia. Además, los ratones modificados podrían ser útiles como un modelo de estudio para la manía, ya que no existe otro modelo animal en la actualidad", concluye Wang.

Fuente:
http://www.abc.es/hemeroteca/historico-13-11-2009/abc/Ciencia_Tecnologia/la-eliminacion-de-un-gen-tiene-efectos-antidepresivos-y-antiansioliticos_1131439325948.html

Los hijos de padres de edad avanzada, más propensos a sufrir desorden bipolar

Cuanto mayor sea la edad de los padres al tener un hijo, mayores serán las posibilidades de este de padecer desorden bipolar. Este es un grave trastorno del ánimo, que puede convertirse en manías o depresiones, y en algunos casos incluso en autismo o esquizofrenia, y que por ahora sus causas son prácticamente desconocidas.


Un estudio llevado a cabo por varios científicos suecos supone un avance en el descubrimiento de los factores que producen esta enfermedad, de la que se sabe muy poco sobre sus causas.

Según un estudio publicado en la revista "Archives of General Psychiatry", cuanto mayor es la edad de los padres al tener el hijo, mayores son los riesgos de que este sufra un trastorno bipolar. Esta enfermedad psíquica, que puede desembocar en manías y depresiones, y en el peor de los casos en esquizofrenias o autismo, hasta ahora había sido muy poco investigada. Emma M. Frans, médica de Instituto Karolinska, por el contrario, investigó los 13.428 casos de trastorno bipolar registrados en Suecia.

Por cada caso analizado, se realizaron cinco registros de personas del mismo sexo nacidas en el mismo año, pero sin desorden. Comparando los dos grupos descubrieron que cuando los padres superan los 29 años, más probabilidades habrá de que el hijo sufra desorden bipolar.

En el caso de los padres la edad es mucho más importante. Cuando el progenitor tienen más de 55 años el riesgo de que sus hijos sufran trastornos es 1, 37 veces superior a cuando tienen menos de 24 años. En el caso de las madres el riesgo también existe, pero es mucho menos pronunciado.

"La personalidad de los padres de mayor edad ha sido sugerida como explicación de la relación entre los trastornos bipolares y la edad del padre", explicaron los autores del estudio. "Sin embargo", puede existir una "influencia genética". "A medida que los hombres van cumpliendo años, cuando se producen las repeticiones de células germinales, se acumulan mutaciones fruto de errores en la copia del ADN".

En cambio, en las madres no deberían producirse errores en la copia de ADN, a pesar de que envejezcan. Por eso no es tan decisivo que cumplan años a la hora de que sus descendientes sufran trastornos bipolares. Esto supone un avance en la investigación de esta enfermedad, de la que se sabe muy poco sobre los factores que la provocan, siendo muy pocos los identificados.

Fuente:
http://www.abc.es/hemeroteca/historico-03-09-2008/abc/Nacional/los-hijos-de-padres-de-edad-avanzada-mas-propensos-a-sufrir-desorden-bipolar_804095889161.html#

Los adolescentes brillantes tienen más riesgo de desarrollar Trastorno Bipolar

Los adolescentes más brillantes tienen hasta cuatro veces más riesgo de desarrollar trastorno bipolar en la edad adulta, según un estudio liderado por el investigador James MacCabe, del King's College de Londres.



La investigación analizó los resultados de los exámenes de fin estudios obligatorios realizados por más de 700.000 adolescentes suecos de 15 y 16 años entre 1988 y 1997, y los ingresos en hospitales debidos a trastorno bipolar registrados por ese mismo grupo entre los 17 y 31 años de edad.

Los resultados del estudio muestran que los estudiantes que sacaron las mejores notas, especialmente en asignaturas de humanidades -principalmente música y lengua sueca-, y en menor medida en ciencias, tenían un riesgo cuatro veces mayor de desarrollar dicho trastorno en la edad adulta que los que obtuvieron notas medias.


Mayor creatividad
Según los investigadores, esto se debería a que las personas con trastorno bipolar, que experimentan períodos depresivos seguidos por etapas de euforia, en estas últimas pueden ver su capacidad de concentración, creatividad y emotividad incrementadas, lo que a su vez puede plasmarse en un mayor talento musical, artístico y literario.

Estas características cognitivas explicarían que los estudiantes con más predisposición a desarrollar este trastorno obtengan mejores resultados en asignaturas más creativas "Sin embargo, pese a que los alumnos con mejores notas tienen mayor riesgo de desarrollar trastorno bipolar, debemos recordar que la mayoría de ellos suelen gozar de buena salud mental", matizó del doctor MacCabe con respecto a los resultados del estudio.

Fuente:
http://www.abc.es/hemeroteca/historico-03-02-2010/abc/Sociedad/los-adolescentes-brillantes-tienen-mas-riesgo-de-desarrollar-trastorno-bipolar_1133520730016.html