La gravedad del Trastorno Bipolar no solo radica en la propia naturaleza de la patología, sino también en que su diagnóstico casi siempre se demora más de una década e incluso entonces es erróneo en un 50 por ciento de los casos, según expusieron, este 4 de octubre (2016), los coordinadores del Simposio Internacional “El trastorno bipolar, la enfermedad de las emociones, en el siglo XXI”, es decir uno de cada dos pacientes con trastorno bipolar recibe un diagnostico inexacto.
Estos profesionales resumieron algunas de las conclusiones
sobre esta patología, que suele empezar a los 19 años de edad, pero solo es
diagnosticada, y no en todos los casos, a los 30 años de vida del paciente,
afectando negativamente su evolución posterior y su pronóstico.
Dos de cada cien ciudadanos
El psiquiatra del Hospital Universitario Ramón y Cajal y miembro
de CIBERSAM en Madrid, doctor Jerónimo Saiz Ruiz, cifró la prevalencia del
Trastorno Bipolar en un dos por ciento de la población española. Como descripción
de la patología, explico que cursa con alternancia de episodios caracterizados
por fases maniacas de gran euforia y alegría desbordada y otras de profunda depresión
y melancolía, por lo que, tradicionalmente, se ha denominado psicosis
maniaco-depresiva.
En cuanto a su tipología, se refirió a los tipos 1 y 2; el
primero es el que suele requerir acudir a urgencias o a ingresos en hospital de
agudos, al entrar en conductas muy aparatosas, como, por ejemplo, llamadas de
atencion extremas, desnudarse en publico, etc. Para su remedio, identificó el doctor
Saiz como principal problema que el diagnostico se retrasa más de diez años,
perdiendo un tiempo precioso para intervenir farmacológicamente y con tratamientos psicoterapéuticos.
Daños cognitivos
También puso el acento el psiquiatra en que las sucesivas
fases que padece el paciente, especialmente en las depresivas, aunque también
en las maniacas, producen daños cognitivos que suelen pasar desapercibidos y
pueden derivar en problemas de discapacidad con el transcurso de los años.
Como alcance de la gravedad del trastorno, Saiz señaló los síntomas
psicóticos que expresan la perdida de contacto del paciente con la realidad,
cuya evidencia depende en gran medida del contexto en el que tiene lugar el
episodio y de la congruencia que guarde la conducta del paciente con el mismo
entorno o situación, de forma que muchas veces las ideas de perjuicio o de persecución,
entre otras, se sitúan claramente en el terreno de la psicosis.
Peligro de suicidio
En el siempre preocupante terreno del suicidio, el doctor
Saiz avisó que existe un riesgo multiplicado por 10 y 20 veces de que los
pacientes con Trastorno Bipolar tipo 2, atenten contra su propia vida. Según el
facultativo, esta categoria es mas moderada en sus expresiones maniacas y
depresivas que en el tipo 1, por lo que su identificación se hace menos
evidente para el personal sanitario. Esto provoca infra diagnóstico y dificultades
para prevenir las tendencias suicidas. No obstante, Saiz afirmó que las sales
de litio resultan eficaces para reducir este riesgo.
Avances parciales
Jerónimo Saiz presento al otro coordinador del simposio como
una de las voces más autorizadas de la Psiquiatría mundial en materia de Psicoeducación,
una de las estrategias psicológicas más eficaces frente a la bipolaridad. El
psiquiatra del Hospital Clinic de la Universidad de Barcelona y responsable de
CIBERSAM en Barcelona, doctor Eduard Vieta Pascual, señaló las ventajas de la rehabilitación
funcional y la remediación cognitiva en la recuperación del paciente bipolar.
En general, Vieta estima que se puede lograr un control clínico
sintomático del 50 por ciento, aunque en algunos casos no se puede volver a
normalizar la vida social del paciente. Esta realidad se ve confirmada por la
presencia del estigma que acompaña a la persona afectada. Según el psiquiatra,
aun se tardarán varias décadas en poder dar una respuesta unitaria y efectiva
al Trastorno Bipolar, aunque hasta ahora se ha avanzado mucho en la precisión
de los diagnósticos y la definición de los casos concretos. De forma que,
actualmente, existen muchas más etiquetas que añadir al término “bipolar”.
Arsenal farmacológico sintomático
Vieta también explicó que hoy por hoy resulta difícil dar
una respuesta farmacológica plena a la bipolaridad, porque la regulación
natural de las emociones esta mediatizada por cientos de procedimientos
mentales que la terapéutica no puede abordar sin anular la capacidad emocional
del paciente. Por ello, actualmente se utilizan reguladores del humor o del
estado del ánimo, como el litio, ciertos antiepilépticos y algunos anti
maniacos. En el caso de los antidepresivos, también se utilizan en fase depresiva,
aunque nunca deben emplearse en solitario para tratar el trastorno en su
conjunto, afirmó. A ello, añadió Vieta, que es precisamente el hecho de que
muchos pacientes bipolares sean diagnosticados como depresivos, es que se debe
que su diagnóstico correcto se retrase cuatro años más.
De la misma forma, los dos psiquiatras coordinadores
destacaron el papel creciente que está adquiriendo la ketamina y algunos de sus
derivados, por sus rápidos efectos. Rapidez de acción que en algunas clínicas
de Estados Unidos está llevando al sobre diagnóstico, con el peligro de
saltarse otros tratamientos más adecuados, señalaron.
Cannabis y otras consideraciones sociales
Tal como destacó Vieta, es necesario llegar a conocer
biomarcadores que ataquen la base genética del trastorno y atajen los
condicionantes ambientales que facilitan su aparición. No obstante, se mostró
optimista al aseverar que los clínicos van con paso firme hacia una Psiquiatría
de precisión, que permite perfilar mejor los tratamientos, al unir la
experiencia clínica y las pruebas de farmacogenetica. Según su opinión, ya se entró
en una nueva era, para una mejor predicción terapéutica del trastorno. Sin embargo,
también alertó el psiquiatra del peligro que representa el consumo de Cannabis,
al poder multiplicar por 2,5 veces las posibilidades de desarrollar Trastorno
Bipolar. Se trata de un consumo más dañino cuanto más joven es el paciente
potencial, aunque también exista una predisposición genética que acentué la
susceptibilidad, afirmó.
Igualmente señaló el psiquiatra catalán el problema de la depravación
de sueño en España, país de Europa en el que menos se duerme, tanto niños como
adultos, y que podría ser causa de la activación de los genes de la
bipolaridad. Un problema social que se añade al “terremoto” que la bipolaridad
causa en las familias que lo padecen (a veces con varios miembros en la misma)
y a la existencia de un altísimo porcentaje de población en situación
penitenciaria con este trastorno.
FUENTE
-Doctores Eduard Vieta Pascual y Jerónimo Saiz Ruiz.
-Doctores Eduard Vieta Pascual y Jerónimo Saiz Ruiz.
Simposio Internacional “El trastorno bipolar, la enfermedad
de las emociones, en el siglo XXI”
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