LOS LÍMITES EN LAS RELACIONES SOCIALES
Los límites sociales nos sirven para distinguir nuestra persona de cuantos nos rodean. En el trastorno bipolar, estos límites pueden ser tan débiles y tenues que usted sentirá el dolor o la felicidad de otros, incluso la depresión, como si fuesen sentimientos propios. Los problemas relacionados con los límites pueden impedir que se comporte con naturalidad en las situaciones sociales.
- ¿Por qué siempre que estoy con alguien no puedo evitar imaginar lo que piensa de mí?
En el trastorno bipolar, unos límites sociales desdibujados pueden convertir la opinión que los demás tienen de usted en su juicio sobre su propia persona, como si lo que ellos piensan determinase su identidad. Usted tiene que ser una persona autosuficiente y capaz de conversar una noción de la propia identidad perfectamente diferenciada de la que tienen los demás, al objeto de construir una relación personal sana. Acostúmbrese a verificar periódicamente si presta atención a sus propios criterios sobre su persona. Pida a su terapeuta que trabajen las cuestiones de los límites interpersonales. Esta tarea le resultará muy reconfortante.
- ¿Por qué siempre hago todo lo posible para evitar que los demás me abandonen?
En el trastorno bipolar, unos límites sociales imprecisos pueden difuminar la distinción que existe entre su persona y sus allegados. En las relaciones de pareja, las personalidades podrían converger hasta el punto de mezclarse, como si ambos fuesen la misma persona. Su pareja puede o no compartir esta experiencia. A causa de esta confusión de personalidades, cuando alguien nos amenaza con el abandono sentimos como si nos arrancasen un pedazo de nuestras entrañas y nos dejase vacíos. La solución a este problema consiste en “desenredarse” gradualmente de la otra persona. El objetivo no es otro que percibimos como una entidad perfectamente diferenciada e independiente de nuestra pareja. Usted puede iniciar este proceso preguntándose, cada vez que piense en los demás, si en verdad los percibe como seres distintos a usted o como partes integrantes de su persona. Si descubre que está mezclando las cosas, tómese un instante para separarse mentalmente de la otra persona, hasta que se perciba con una personalidad nítidamente diferenciada. Su psicoterapeuta podrá ayudarle con este ejercicio.
Esta separación puede ser doblemente dificultosa en los individuos con trastorno bipolar, especialmente en situaciones donde el estrés incentiva los síntomas maníaco-depresivos. Si se siente superado por la amenaza de la separación, o si le impide pensar con claridad, seguramente será vulnerable a los episodios de la depresión y la manía. Reduzca, por tanto, los niveles de estrés que soporta en su vida diaria, trabaje con su psicoterapeuta, y pida a su médico que refuerce su medicación hasta que el período de estrés haya pasado.
- Me considero un buen amigo, aunque escuchar los problemas de los demás me deprime. ¿Qué me sugiere que haga?
En el contexto del trastorno bipolar, los sentimientos negativos de los demás podrían causarle una impresión tan honda que usted podría llegar a pensar que son sus propios pensamientos. Debe tomar conciencia de que su salud es lo más importante, su prioridad máxima, aun cuando esto signifique que sus amigos vayan a tener que arreglárselas sin su ayuda, al menos durante un tiempo. Si realmente quiere ayudarles, conviértales en un modelo de comportamiento para sus amigos. Para ello es fundamental que se mantenga sano y razonablemente féliz. Si los problemas en cuestión fuesen demasiado complicados, sugiérales la posibilidad de recurrir a un terapeuta, acudir a un grupo de apoyo o visitar un foro on-line.
- ¿Por qué siempre que le hago un favor a alguien, acaba volviéndose en mi contra? Me limito a tratar a las personas como me gustaría ser tratado.
En el trastorno bipolar, unos límites sociales desdibujados pueden inducirle a pensar que los demás que los demás son como usted. En primer lugar, procure recordar que ayudar a los demás significa hacer las cosas que ellos quieren, y dejar de hacer las que usted querría o las que considera que serían buenas para los demás. Generalmente será mejor esperar a que alguien le pida ayuda. Cuando esto suceda, si se siente cómodo con lo que le han pedido, usted tendrá la seguridad de estar ayudando a alguien.
Recuerdo a un hombre con trastorno bipolar que conoció a una mujer y la invitó a cenar el día de su primera cita. Cuando llegó el día, ella le mencionó que le acababan de poner una multa por haber estacionado mal frente al restaurante. Este hombre pensó en lo mucho que le gustaría que alguien se hiciese cargo de sus multas y , pese a las reiteradas protestas de su compañera, insistió en salir para hablar con el policía y “arreglar” el entuerto, abonando la multa de su propio bolsillo. Para su sorpresa, al regresar al restaurante descubrió que ella había llamado a un taxi y se había ido a casa sin previo aviso. Aunque sus intenciones eran buenas, mi paciente optó por hacer una cosa que ella no quería en absoluto.
- Siempre estoy llamando por teléfono a un amigo especial, y no dejo de enviarle correos electrónicos y postales, incluso pequeños regalos, pero esto no sirve para que nos acerquemos.
Por sus palabras deduzco que a usted le gustaría recibir toneladas de correos electrónicos, postales y pequeños obsequios de parte de un admirador. En cualquier caso, tal vez le sorprenderá saber que las numerosas atenciones que prodigan los individuos con trastorno bipolar resultan irritantes para muchas personas. Tranquilícese un poco y compruebe si la actitud de su amigo especial cambia.
- Si sospecho que mi pareja tiene la intención de romper conmigo, ¿debería romper yo antes de que se decida?
En el contexto del trastorno bipolar, resulta fácil imaginar que usted siente lo mismo que su pareja. Si usted sospecha que su pareja ha dejado de quererle y teme que quiera abandonarle, podría tener la ocurrencia de precipitar la ruptura. Lamentablemente, muchas personas con trastorno bipolar tiran por la borda relaciones íntimas que bien podrían haberse salvado. No se dé por vencido tan fácilmente. Si tiene claro que desea salvar la relación, entonces no dude en hablar con su pareja para abordar y resolver sus problemas, y comente esta cuestión con su psicoterapeuta. Por encima de todo, descubra qué es lo que realmente quiere y no escatime esfuerzos para conseguirlo.
Fuente
Manual del Trastorno Bipolar
Preguntas prácticas de la vida real con repuestas actualizadas
Capítulo 7
Páginas 210-213
Dr. Wes Burgess
Alternativas ROBINBOOK. Barcelona
Reimpresión 2007
IBSN 978-84-7927-905-9
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