La depresión y la ansiedad,son dos trastornos mentales que figuran entre los más extendidos del mundo y, sin embargo, muchas veces se quedan sin tratar ya que la falta de acceso a recursos psicoterapéuticos lo dificulta y favorece que se opte por el recurso más fácil: la medicación.
La depresión y la ansiedad precisan de un diagnóstico y tratamiento diferenciado. Sin embargo, también tienen algunos rasgos en común. Para conocer mejor sus síntomas más frecuentes, las diferentes terapias o el modo en que todo ello perturbó su vida cotidiana, OCU (Organización de Consumidores y Usuarios en España) realizo una encuesta de casi 500 respuestas, a personas entre 18 y 74 años:
• El 32% de quienes creen padecer un trastorno nunca acudió al médico: Los síntomas que sirven de indicio de que una persona puede sufrir un estado depresivo o un trastorno de ansiedad son de naturaleza e intensidad muy variada, desde alteraciones del ánimo y de la conducta hasta problemas físicos y cognitivos. No obstante, la simple presencia de algunos de ellos no basta para establecer un diagnóstico.
• El 57% de la población cree que ha tenido problemas de ansiedad alguna vez en su vida, mientras que el 34% dice haber tenido depresión en algún momento. De las respuestas se deduce que un 10% de los encuestados podría sufrir problemas de depresión y ansiedad sin ser consciente, ya que declararon no haber padecido nunca este tipo de trastornos.
• Un 32% de quienes dicen haber padecido estas enfermedades nunca acudió al médico. De aquellos que sí fueron, en el 92% de los casos se les diagnosticó depresión o ansiedad.
Los problemas laborales y de pareja, principales causas
Las causas por las que se puede desarrollar una depresión o problema de ansiedad son múltiples y complejas. Ambas dolencias presentan manifestaciones de muchos tipos, adoptan rasgos específicos en cada persona y los esfuerzos de los psiquiatras por clasificarlas no han llevado a un consenso unánime.
Aun así, se preguntó si los encuestados identificaban los posibles motivos que hubiesen podido desencadenar su situación:
- Las respuestas más comunes han sido los problemas laborales o académicos (un 46 %) y los de pareja (40 %), pero para casi un tercio de ellos también han influido los conflictos familiares y las dificultades económicas.
- Experiencias traumáticas como un accidente o la muerte de alguien cercano o
- Estilos de vida inadecuados son otras razones invocadas por dos de cada diez personas.
- También hay un porcentaje elevado de personas (el 37 %) que ha respondido que el origen de su caso es algún problema de salud. Aun así, es importante señalar que los especialistas hablan también de depresión y ansiedad por causas endógenas. Es decir, aquellas que no están determinadas por factores externos reconocibles.
En cuanto al tratamiento, de los datos de la encuesta se desprende:
- Solo el 54% de los que admiten haber tenido problemas de depresión o ansiedad han seguido un tratamiento. La principal razón para no seguir tratamiento ha sido la creencia en un 52% de los casos de que podían manejar la situación por ellos mismos.
- Un 24% reconocía que no creía en la eficacia de los tratamientos y,
- Un 19%, nunca pensó en hacerlo.
Las respuestas de los encuestados permiten ver que el recurso a la farmacia es con mucho el dominante:
- El 51% de los encuestados que declaran haber seguido un tratamiento contra la ansiedad o depresión recurrió a antidepresivos y ansiolíticos como principal tratamiento de la enfermedad.
- Un 10% recurrió a la naturopatía.
- El 9% utilizó los deportes o la actividad física para combatirla.
- Solo el 9% combinó la medicación y la psicoterapia.
- El 7% utilizó la relajación o la meditación.
- El 6% cambió su estilo de vida como forma de combatir la enfermedad y
- El 2% optó por la medicina alternativa.
La combinación de medicación y psicoterapia, lo más eficaz
Para reducir el impacto de estos problemas de salud, OCU considera necesario un diagnóstico rápido y adecuado. Dada la complejidad y variabilidad de estos trastornos no existe un tratamiento único y válido para todo el mundo. Pero sí que hay un consenso amplio sobre que el tratamiento más eficaz de estas enfermedades es la combinación de psicoterapia y medicación. En este sentido, OCU lleva tiempo denunciando la dificultad para acceder a tratamientos de psicoterapia en el Sistema Nacional de Salud, lo que favorece que se opte por el recurso más fácil, la medicación, aunque no siempre sea el más adecuado.
Fuente:
OCU, 16 enero 2018
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