Más especial que
nadie…
¿Alguna
vez te has esforzado por tener una relación importante con alguien de quien al
principio pensabas que poseía talentos excepcionales, habilidades sorprendentes
y cualidades extraordinarias?, ¿depositaste tu confianza en ella haciéndole
partícipe de tu vida?, ¿luego te empezaste a dar cuenta poco a poco que esa
persona exageraba sus habilidades y que era egoísta?, ¿empezaste a darte cuenta
de que solo le interesaba el trato con personas a las que consideraba
importantes y que se aprovechaba de otros para avanzar?, ¿luego te diste cuenta
de que esa persona era incapaz de hacerse responsable por sus fallas y
errores?, cuando le cuestionaste sus exageraciones y su arrogancia ¿se alejó de
ti?, cuando le planteaste que había sido deshonesto o no había cumplido con sus
compromisos ¿te menospreció, te amenazó o trató de perjudicarte?. Si
respondiste que sí a varias de estas preguntas es muy posible que hayas estado
relacionándote con una persona narcisista.
El
trastorno de personalidad narcisista consiste en un patrón general de
pensamiento y comportamiento caracterizado por un sentimiento de grandiosidad,
necesidad de admiración y falta de empatía. Afecta aproximadamente al 1% de la
población general y es más frecuente en hombres que en mujeres, es decir que en
el Estado Portuguesa existen unas 10.000 personas con este trastorno de
personalidad.
Las
personas con trastorno de personalidad narcisista se diagnostican al presentar
cinco o más de las siguientes características:
1.
Grandioso sentido de autoimportancia (exageración de los logros y capacidades,
expectativas de ser reconocido como superior sin logros personales que lo
justifiquen)
2.
preocupación por fantasías de éxito ilimitado, poder, brillantez, belleza o
amor ideal
3.
Creencia de que es especial y único y que sólo puede ser comprendido por otras
personas que son especiales o de alto nivel o que sólo puede relacionarse con
ellas
4.
Exigencia de una admiración excesiva
5.
Forma de ser pretenciosa; por ejemplo, con expectativas irrazonables de recibir
un trato especial o de que se cumplan automáticamente sus expectativas
6.
Explotación interpersonal; por ejemplo, saca provecho de los demás para
alcanzar sus propias metas
7.
Falta de empatía: es reacio a reconocer o identificarse con los sentimientos y
necesidades de los demás
8.
Envidia hacia los demás, o creencia de que los demás le envidian a él
9.
Presencia de comportamientos o actitudes arrogantes o soberbias, incluyendo la
falsa humildad
El
trasfondo del trastorno narcisista de la personalidad es una baja autoestima y sentimientos
de inferioridad inconscientes, estos sentimientos de inferioridad configuran el
núcleo de su enfermedad y todas las expresiones conductuales, de carácter y de
pensamiento conforman el mecanismo defensivo mediante el cual el enfermo se
relaciona con el mundo.
Todas
las personas con trastorno narcisista mienten
constantemente para ganarse la admiración de los demás. Las personas
narcisistas pueden expresar una modestia y humildad que resultan ser
completamente falsas y jamás reconocen sus errores, culpan de sus fallos a la
incompetencia de otras personas.
Las
personas narcisistas son incapaces de sentir empatía por el prójimo, no tienen
la capacidad de conectarse con las emociones de otras personas y no establecen
relaciones profundas y comprensivas debido a su discapacidad para empatizar.
Las
personas con este trastorno de personalidad no aceptan que tienen un problema,
son vanidosas y rechazan la ayuda terapéutica, encima de esto, el entorno los
ve como personas exitosas y no se dan cuenta de su enfermiza personalidad hasta
que establecen relaciones estrechas con el narcisista. Lo más aconsejable es
aprender a reconocer a las personas narcisistas y evitar asociaciones
importantes con ellos siempre que sea posible.
Fuente:
Dra. Mariana Tescari, Médico Psiquiatra