Sospechas infundadas
En
otro articulo definimos el concepto de personalidad y mencionamos los tipos de
personalidad anormal o patológica, que se conocen como “trastornos de
personalidad”, vulgarmente conocidos como trastornos del carácter. Los trastornos
de personalidad representan del 10 al 13 % de la población general, por lo que
vale la pena conocer un poco las características de cada uno de estos
trastornos. Hoy vamos a definir el trastorno de personalidad paranoide.
El
trastorno de personalidad paranoide se presenta en aproximadamente el 1,5% de
la población, lo que representa unas 15.000 personas en el Estado Portuguesa.
Las
personas con este trastorno de personalidad se caracterizan por ser
excesivamente desconfiadas y con una escasa autodeterminación, son suspicaces,
creen que los actos de los demás tienen la intención de perjudicarlos, son
propensos a las peleas y querellas, ven enemigos y envidiosos en todas partes,
interpretan las intenciones de los demás como maliciosas, son extremadamente
sensibles a las críticas, son rencorosos e incapaces de olvidar hasta las más
mínimas ofensas, malinterpretan las acciones neutrales o amistosas de los demás
como si fueran hostiles o despreciativas. Poseen un sentido agresivo y tenaz de
los derechos personales, tienen sospechas recurrentes y sin justificación
acerca de la fidelidad de la pareja y a menudo consideran que todos los temas
se refieren a ellos mismos, es decir, se comportan como si todo lo que acontece
tuviera que ver directa o indirectamente con ellos.
Las personas con trastorno de
personalidad paranoide se diagnostican al presentar cuatro o más de las
siguientes características:
1)
Sospechas sin base suficiente, de que los demás se van a aprovechar de ellos,
les van a hacer daño o les van a engañar.
2)
Preocupación por dudas acerca de la lealtad o la fidelidad de amigos y socios.
3) Piensan que la información que suministren a otras personas va a ser utilizada
en su contra.
4)
En los hechos o conversaciones más inocentes ven significados ocultos que son
degradantes o amenazantes para su persona.
5)
Albergan rencores por mucho tiempo, no olvidan los insultos, injurias o
desprecios.
6) Constantemente están dispuestos a reaccionar con ira y contratacar.
7)
Sospechas repetidas e injustificadas de que su pareja le es infiel, predisposición
a los celos patológicos.
8)
Tendencia a sentirse excesivamente importante, manifestada por un egocentrismo constante.
9)
Preocupación por “conspiraciones” sin fundamento que explicarían los acontecimientos
del entorno inmediato o del mundo en general.
Las
personas paranoides tienen problemas fundamentales con la confianza, les gusta
pensar que son autosuficientes, creen que son más inteligentes que los demás, suelen
culpar a los demás de sus problemas, no están dispuestas a aceptar que tienen
este ni ningún otro problema psicológico, son inflexibles y discutidoras,
suelen ser litigantes y llevar simples malentendidos a procesos legales
injustificados, por todo esto las relaciones con estas personas suele volverse
potencialmente riesgosas.
La
relación con una persona paranoide suele tener un buen comienzo, pero
progresivamente se van instalando las maneras disfuncionales de comportamiento:
el paranoide comenzará a desconfiar, luego a creer que todas sus acciones
tienen una finalidad oculta y como entre sus rasgos están la inflexibilidad y
la rigidez jamás aceptará que su conducta es anormal, se irá tornando cada vez
más resentido y hostil, llegando incluso a tomar represalias totalmente
injustas. La mejor medicina es no involucrarse con alguien paranoide, pero si
esta es su situación, busque ayuda psicológica y legal.
El
tratamiento psicológico de estas personas no suele dar buenos resultados debido
a que los paranoides desconfían de su propio psicólogo y suelen creer que el
profesional de la salud mental intenta perjudicarlo o manipularlo, culpan a los
demás de los problemas y piensan que son los otros los que necesitan ayuda y no
ellos. A pesar de todas estas dificultades, cuando la persona paranoide logra
aceptar el tratamiento psicoterapéutico puede llegar a hacer progresos
significativos, mejorar su capacidad de confianza y establecer relaciones más
sanas.
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