Cuando la relación es sana y nutritiva, son los aspectos sanos los que se complementan; mientras que en una relación enfermiza, el " enganche" se da justamente entre los aspectos más conflictivos de ambos." que los complementan y que se actualiza
Estos vínculos estereotipados y repetitivos se dan entre personas que se encuentran teóricamente para compartir un momento o una situación vital, pero que en realidad comparten sobre todo una perfecta "coreografía" que los complementa y que se actualiza en cada interacción, conflicto o desencuentro. Con el tiempo, la secuencia qde palabras y actitudes se vuelve tan igual a las anteriores que todos saben lo que sucederá a continuación y, a pesar de lamentarse, ninguno puede evitarlo.
Ciertas relaciones enfermizas nacen con la ilusión de ser nuestra solución anhelada, pero se transforman en una espiral de problemas.
Lamentablemente, en la vida real no siempre los intercambios son tan graciosos y las consecuencias rara vez son tan banales. Los terapeutas hemos aprendido que ciertas relaciones son realmente capaces de producir grandes daños, especialmente si se mantienen durante años, llegando a constituir e a dos, transformándose en verdaderas adicciones o vínculos viciosamente cerrados y destructivos.
Quizás la mayor complicación de las patologías vinculares- por no llamarlas directamente enfermedades- radica en que, como sucede con la adicción a las drogas, todo comienza ofreciendo el sueño de una situación deseada y esperada: "El compañero o la compañera que el destino ha cruzado en mi camino me dará por fin lo que siempre me he merecido y nadie pudo ser capaz de brindarme, incluida la efímera sensación de que por fin estamos en una relación segura de la que nunca deberemos cuidarnos".
Demasiadas veces las relaciones más tóxicas se parecen al genio de la botella del relato de la mil y unas noches
Fuente:
Jorge Bucay
Editor de Mente Sana.
Médico y Terapeuta géstaltico.
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